A través de la última colección nombrada «El Fénix», el diseñador estadounidense hace un tributo al poder transformativo de la firma durante la Semana de la Alta Costura.
Se siente bien iniciar la Semana de la Moda de Alta Costura con el último desfile de Daniel Roseberry para Schiaparelli. La colección de Alta Costura Otoño-Invierno 2024 se titula «El Fénix», en honor a Elsa Schiaparelli, a quien la marca compara con el pájaro mítico por su capacidad de transformarse constantemente a sí misma y a su trabajo.
Lo mismo podría decirse de Roseberry, cuya imaginación parece no tener límites: Cada temporada, ya sea en el prêt-à-porter o en la alta costura, el diseñador americano ha logrado sorprender seriamente a los entusiastas de la moda (hazaña nada fácil) con su capacidad para explorar temas.
Desde lo frecuentemente citado y lo mundano hasta lo fantástico, a través del más alto grado de artesanía, todo mientras mantiene un sentido de continuidad a través de su trabajo, algo virtualmente imposible de lograr, pero Roseberry lo hace ver fácil.
En las notas del programa, escribe: «Hace poco me dijeron que ‘la gente no compra Schiaparelli, lo colecciona’. Ese tipo de devoción se inspira únicamente en una relación única entre el cliente y la creación».
Esta clase de elogios, Roseberry la ve como un inmenso privilegio y responsabilidad, un testimonio del poder y la importancia de la alta costura como la forma más libre de expresión en la moda. En la nota continùa «es una forma de honrar esa relación, una de las más íntimas del mundo, aquella en la que doy a las mujeres el poder de renacer, una y otra y otra vez».
El concepto «fénix» también se puede aplicar a los looks reinventados de Elsa que se ven en esta colección. Roseberry es un estudioso de los archivos (y Schiaparelli tiene uno de los más estudiados e influyentes) a menudo entrelaza referencias al pasado de la casa y a su fundadora con el presente.
Schiaparelli Alta Costura Otoño-Invierno 2024/2025
Para el otoño de 2024, por ejemplo, hay un «corsé de zapatos», que recuerda la colaboración de Elsa con Salvador Dalí, y un bordado en una parte superior que toma prestado de la capa «Apolo de Versalles» que aparece en la colección Zodiac de 1938, pero todo se ve actual o hasta futurista para nuestros tiempos.
Lo que la marca también hace magníficamente es crear ese mundo a través de sus pasarelas: Las modelos se toman su tiempo, sus caderas marcan cada paso y sus expresiones son ilegibles salvo por una sensación de confianza.
Gran parte de la magia de estas prendas proviene del movimiento; puedes mirar una imagen fija y sorprenderte, pero mirar un video de, digamos, el «milhojas de círculos en movimiento» en movimiento, es fascinante.
En el Schiaparelli de Roseberry, las líneas son nítidas, pero las curvas del cuerpo se respetan y acentúan, casi con una reverencia a la forma femenina. Los looks son de moda seria, pero exhiben un toque de humor: A través de una forma exagerada (los hombros altos se describen esta temporada como «alas de fénix»), un accesorio atrevido (ver: las joyas en forma de huevo), un color poco convencional, una textura sorprendente.
El diseñador le dijo a los medios «cada pieza es clara en su silueta y su técnica: Puedes ver los orígenes de cada look, cómo cada uno pasó del boceto al estudio y a la tela». Al mismo tiempo, cada diseño «está destinado a provocar algún tipo de emoción, aunque (parafraseando a Hemingway) una emoción que está profundamente controlada«, continuó.
«Cada vestido, cada corpiño, cada zapato, cada pieza de pluma de terciopelo doblada o triple punta de organza, busca captar la atención y retenerla. El diseño más grande también pretende impresionar, pero también, hasta cierto punto, desconcertar, mantener cierta discreción”.
¿Quién asistió al desfile de Schiaparelli?
Entre los invitados vimos a Kylie Jenner con un vestido rosa pálido de la marca y una especie de velo de novia de tulle del mismo color. Doja Cat atendió vistiendo un impresionante abrigo de pétalos rosa en terciopelos bordados a mano y un sombrero simulando al cabello tipo años 20 circular en el frente también de la marca.
Por su parte, Anitta llevaba un vestido ceñido al cuerpo bastante sensual y Philippine Leroy-Beaulieu, Silvie de «Emily in Paris», atendió con un vestido blanco de verano de Schiaparelli también.
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