martes, abril 22, 2025
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    ¿Qué es la violencia ginecológica y cómo detectarla?

    La violencia ginecológica es una realidad silenciosa que afecta la autonomía y dignidad de muchas personas. Identificarla y denunciarla es clave para erradicarla.

    En un mundo donde el acceso a la salud debería ser sinónimo de bienestar, la realidad nos demuestra que, para muchas mujeres y personas trans, esto no es así. En cada visita al ginecólogo, en cada sala de parto y en cada consulta médica, hay historias que han sido calladas durante demasiado tiempo.

    La violencia ginecológica y obstétrica es un fenómeno que, aunque invisible para muchos, deja marcas profundas en la vida de quienes la experimentan.

    Frases como ‘es normal que duela’ o ‘deberías estar agradecida’ ocultan un problema estructural que se ha normalizado en los espacios médicos. Desde exámenes invasivos realizados sin consentimiento hasta procedimientos innecesarios disfrazados de rutinas médicas, la violencia ginecológica y obstétrica es una de las caras más silenciosas de la violencia de género. Identificarla y nombrarla es el primer paso para erradicarla.

    Identificar y nombrar la violencia ginecológica es el primer paso para erradicarla. / Foto: Pexels.

    ¿Qué es la violencia ginecológica y en qué consiste?

    La violencia ginecológica es una forma de violencia de género que ocurre en el ámbito de la salud y que afecta la autonomía y el bienestar de las mujeres y personas trans.

    Se trata de una serie de prácticas médicas que van desde la falta de consentimiento informado hasta procedimientos innecesarios o dolorosos, pasando por la infantilización, la negligencia y el trato deshumanizado.

    Esta violencia, además de afectar la salud física, genera impactos psicológicos y emocionales profundos, perpetuando la desigualdad de género en el acceso a la atención médica.

    ¿Cuáles son los tipos de violencia ginecológica?

    Este tipo de violencia puede manifestarse de diversas maneras, incluyendo:

    Violencia obstétrica: Se da durante el embarazo, parto y puerperio e incluye prácticas como episiotomías sin justificación, cesáreas innecesarias, tactos vaginales reiterados sin consentimiento y falta de acompañamiento en el proceso de parto.

    Negligencia y omisión de información: Cuando el personal médico oculta información relevante sobre procedimientos o tratamientos, impidiendo que la paciente tome decisiones informadas sobre su salud.

    Trato despectivo o infantilizante: Incluye burlas, amenazas, descalificaciones y comentarios que minimizan el dolor o la experiencia de la persona gestante.

    Intervenciones sin consentimiento: Exámenes invasivos, esterilización forzada o la imposición de métodos anticonceptivos sin la aprobación de la paciente.

    Negación de atención o acceso a tratamientos: Impedir el acceso a anticonceptivos, abortos legales o tratamientos médicos necesarios sin razones médicas justificadas.

    ¿Cómo saber si has sido víctima de violencia ginecológica?

    Muchas veces, este tipo de violencia se encuentra tan normalizada que resulta difícil identificarla. Algunas señales de alerta incluyen:

    1. Sentir vergüenza o incomodidad tras una consulta médica debido al trato recibido.
    2. No haber sido informada adecuadamente sobre un procedimiento antes de su realización.
    3. Ser presionada o influenciada para tomar decisiones sobre métodos anticonceptivos, parto o tratamientos médicos.
    4. Sentir que tu dolor o malestar han sido minimizados o ignorados.
    5. Haber sido sometida a procedimientos invasivos sin tu consentimiento expreso.

    ¿Cuáles son los signos de violencia ginecológica en consultas médicas?

    Al acudir a una consulta ginecológica, hay ciertos comportamientos que pueden indicar la presencia de violencia ginecológica:

    Falta de explicación: El profesional de la salud realiza procedimientos sin detallar su finalidad o efectos secundarios.

    Tactos o exploraciones innecesarias: Realizar exámenes físicos sin justificación médica.

    Lenguaje despectivo o humillante: Comentarios como no exageres o no es para tanto.

    Presión para aceptar tratamientos: Intentar influir en la decisión sobre métodos anticonceptivos, cirugías o partos inducidos sin razones médicas claras.

    Negación de información: Omitir datos sobre alternativas de tratamiento o procedimientos disponibles.

    La violencia ginecológica es una forma de violencia de género. / Foto: Pexels.

    ¿Cómo denunciar la violencia ginecológica?

    Denunciar la violencia ginecológica es un acto de resistencia que permite visibilizar y erradicar estas prácticas. Para hacerlo, es fundamental documentar la experiencia, anotando fechas, nombres de profesionales y detalles del trato recibido. Buscar asesoría legal o médica puede brindar apoyo y guía en el proceso. Dependiendo del país, la denuncia puede presentarse ante instituciones de salud, defensorías de derechos humanos o tribunales especializados en violencia de género. Además, compartir testimonios en redes sociales o con medios de comunicación ayuda a generar conciencia y presión para el cambio.

    ¿Existen leyes que protejan contra la violencia ginecológica?

    En algunos países, la violencia ginecológica y obstétrica está tipificada en leyes de derechos humanos y de salud reproductiva. Por ejemplo, en México, Argentina y España existen marcos legales que sancionan este tipo de violencia y garantizan el derecho a una atención médica digna y respetuosa. Sin embargo, aún falta mucho por hacer en términos de implementación y acceso real a la justicia para las víctimas.

    En México, la protección contra la violencia ginecológica se enmarca principalmente en la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, que establece mecanismos para prevenir, atender, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres en diversas modalidades, incluyendo la violencia obstétrica.

    Esta ley define la violencia obstétrica como una forma de violencia institucional que se manifiesta en acciones u omisiones por parte del personal de salud que dañan, denigran o causan un trato deshumanizado durante el embarazo, parto y puerperio.

    Es fundamental que las mujeres conozcan sus derechos y los mecanismos legales disponibles para denunciar y erradicar la violencia ginecológica en todas sus formas.

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