martes, abril 15, 2025
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    Entre el legado y la mutación: El futuro de Gaultier en manos de Lantink

    Una visión provocadora, sostenible y profundamente creativa. Esta es la filosofía del diseñador Duran Lantink, nuevo director creativo de Jean Paul Gaultier.

    La casa Jean Paul Gaultier abre un nuevo capítulo: uno que promete irreverencia, compromiso y espectáculo. Tras cuatro años apostando por una fórmula poco convencional —en la que diseñadores invitados reinterpretaron el ADN de la maison temporada tras temporada— el sello francés ha decidido volver a una dirección creativa fija.

    El elegido es Duran Lantink, diseñador holandés que ha sabido posicionarse como una de las voces más disruptivas de la industria contemporánea. Su elección marca no solo un giro estratégico para la firma, sino también una declaración de intenciones: apostar por una moda audaz, regenerativa y profundamente conectada con los discursos sociales actuales.

    Una elección que marca una nueva era

    Con esta decisión, la firma propiedad del grupo Puig retoma el formato tradicional con una dirección creativa estable, tras una etapa marcada por colaboraciones efímeras con nombres como Glenn Martens, Olivier Rousteing, Haider Ackermann o Simone Rocha.

    “Veo en él la energía, la audacia y el espíritu lúdico que yo mismo tenía al comienzo de mi propia trayectoria: el nuevo enfant terrible de la moda. Bienvenido, Duran”, dijo Jean Paul Gaultier en el comunicado en redes sociales.

    El fichaje no solo significa un regreso al prêt-à-porter —que la maison había dejado en pausa desde 2015—, sino también una apuesta por el futuro: uno más sostenible, provocador e inclusivo.

    Un ascenso que desafía las normas

    Duran Lantink, de 37 años, divide su tiempo entre Ámsterdam y París. Graduado de la Gerrit Rietveld Academie y con un máster en el Sandberg Instituut, ha construido una carrera que mezcla artesanía, sostenibilidad y crítica social.

    Su primer gran momento mediático llegó en 2018, cuando diseñó los célebres vulva pants para el videoclip Pynk de Janelle Monáe. Una declaración de intenciones: feminismo, performance y humor, tejidos con la misma aguja.

    Desde entonces, su ascenso ha sido imparable. En solo dos años ha ganado el ANDAM Special Prize (2023), el Karl Lagerfeld Prize en los LVMH Awards (2024) y el International Woolmark Prize (2025), con una colección realizada íntegramente en lana merina que celebraba el diseño regenerativo y la innovación artesanal.

    Upcycling radical como manifiesto

    Lantink ha hecho del upcycling radical su lenguaje propio. Crea nuevas piezas a partir de prendas desechadas y tejidos sobrantes de casas como Prada o Valentino, convirtiendo la reutilización en alta costura conceptual. En su universo, lo vintage se encuentra con el streetwear y lo cotidiano se transforma en arte escultural.

    Su propuesta se sitúa en la frontera entre la normatividad y la deformación deliberada de las siluetas. Lo hemos visto en sus colecciones más recientes: torsos realistas de látex, hombreras hinchadas con espuma, estructuras tridimensionales de punto y volúmenes llevados al extremo, recordando la teatralidad de Gaultier pero con una mirada del siglo XXI.

    Entre el activismo y la experimentación

    Más allá de los titulares y las formas, hay un discurso. Sus desfiles son performances con mensajes que reflexionan sobre el género, la identidad y los códigos que rigen la moda contemporánea.

    Su última colección, presentada en febrero, se volvió viral al presentar modelos con cuerpos híbridos: un torso masculino de látex abría el desfile y un pecho femenino descubierto lo cerraba. La colección no solo fue un statement estético, sino una pregunta abierta sobre cómo definimos lo masculino, lo femenino y lo que hay entre ambos.

    El futuro de Jean Paul Gaultier, con espíritu rebelde

    Que Lantink haya sido el elegido para tomar las riendas de Jean Paul Gaultier no es casualidad. Ambos comparten una fascinación por lo marginal, lo irreverente y lo sensorial. Ambos entienden la moda como herramienta de provocación cultural y libertad. “Para mí, Gaultier representa la casa por excelencia del espíritu creativo y el savoir faire. Es provocadora y siempre ha desafiado los límites”, expresó el diseñador al recibir la noticia.

    Con él al frente, la maison entra en una nueva era donde el prêt-à-porter y la Alta Costura volverán a compartir pasarela bajo una misma visión. Una visión que promete no solo sorprender, sino también cuestionar y conmover.

    Desfile de moda prêt-à-porter otoño-invierno 2025 de Duran Lantink. Foto cortesía de Duran Lantink.
    Desfile de moda prêt-à-porter otoño-invierno 2025 de Duran Lantink. Foto cortesía de Duran Lantink.

    Septiembre marcará el inicio de una nueva conversación

    Todo apunta a que el desfile de septiembre no será un simple debut, sino una declaración de principios. Una nueva conversación entre el pasado irrepetible de Gaultier y el presente rebelde de Lantink. Entre el corset cónico y el torso de látex. Entre el legado y la mutación.

    Porque si algo define a Duran Lantink es su capacidad de reimaginar el lenguaje de la moda, de hacerlo accesible, político y profundamente contemporáneo. Con él, Jean Paul Gaultier no solo vuelve: se reinventa.

    Con su llegada, Duran Lantink no solo inaugura una nueva etapa para Jean Paul Gaultier, sino que reafirma la capacidad de la moda para ser espejo, revolución y arte. En un mundo que exige autenticidad, consciencia y espectáculo, su visión se presenta como una promesa: la de una casa que no teme reinventarse, volver a jugar y desafiar los límites. Todo indica que lo que viene será tan provocador como inolvidable.

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