Similar a lo que pasó con la tendencia «chic»…
El «lujo» se ha vuelto tan cliché en el lenguaje de la moda que ha perdido su significado. Hace un tiempo, no tan atrás, algunos podrían haber argumentado que su significado era una colaboración anunciada entre dos casas de moda o una celebridad de la élite atada con un look reconocible y recién salido de la pasarela. Pero en 2023, el enfoque del lujo se ha estrechado; el lujo de hoy es sutil y discreto, encarnado por la calidad y la falta de logotipos. No es llamativo ni está en tu cara, pero se desliza justo debajo del radar. El lujo es un susurro.
Mientras se enfrenta a un pronóstico financiero desconocido, una geopolítica precaria y rastros de una pandemia, la industria de la moda se está reduciendo. «Hay un aire de conservadurismo, moderación y estilo anti-ostentoso liderado por marcas como The Row, Chloé, Khaite, Ferragamo, Fendi, Chanel y Saint Laurent, todas presentando una actitud mucho más “laissez-faire” y “clásica”», dice la periodista de moda Harriet Quick. Editoras de revistas citan «beiges y grises, tejidos de cachemira y siluetas suaves» de las pasarelas de otoño/invierno de 2023, son parte de lo que Internet ha llamado «lujo discreto», el estilo de «riqueza sigilosa» y el vestir de «IYKYK» (If You Know, You Know).
Permeando la cultura pop
La periodista de moda Amy Odell habla de los trajes de la cuarta y última temporada de “Succession” como la encarnación perfecta. «No es extravagante, ni brillante, colorido o fácilmente identificable, pero es aún muy refinado, lujoso y en general minimalista«, dice Odell, quien desglosa la moda del programa cada domingo por la noche en su boletín, Back Row. Piensa en Kendall Roy vistiendo casualmente una gorra de béisbol de cachemira Loro Piana de $525 o Shiv Roy oscilando entre ropa de trabajo impecablemente confeccionada en tonos de avena y gris pizarra.
Justo cuando la temporada estaba estrenándose, el juicio por el accidente de esquí de Gwyneth Paltrow acaparó las noticias, su guardarropa en la sala del tribunal generaba tanto revuelo como su contrainterrogatorio: botas de senderismo Celine de $1,200, un abrigo agotado de The Row por $5,445 y un suéter de cuello alto crema de $1,690 también de la lujosa etiqueta de Mary-Kate y Ashley Olsen, algunas de las piezas que llevaba.
La estética de «lujo discreto» no es nueva
Pero aquellos que son conocedores , saben que una estética de «lujo discreto» no es nada nueva. De hecho, los ricos han tenido durante mucho tiempo la costumbre de cambiar la opulencia externa por prendas más discretas, desde la aristocracia francesa del siglo XVIII que lo hacía para distanciarse de la monarquía. Tiende a surgir durante la incertidumbre económica. La Gran Recesión de 2008, por ejemplo, dio origen a un capítulo de minimalismo reducido y «normcore» que puso fin a la ostentación de la década de los 2000.
«La caída económica en ese entonces coincidió con un feroz ajuste de cuentas con los años de brillo y exceso que la precedieron: tacones de vértigo, todo adornado con cristales y una actitud de presumir el dinero prevaleció, convirtiéndose en última instancia en una revuelta», explica Quick. En otoño de 2009 llegó un «retorno a la calidad, clásicos silenciosos», como se vio con las ediciones estacionales de Yves Saint Laurent, Prada y Dries Van Noten, pero en gran medida «promovido por Phoebe Philo en Céline. Ella fue y es una excelente vidente para detectar la necesidad del “espíritu de la época” de un limpiador de paladar», explica la periodista de moda.
Como Odell también reconoce, la última década fue un período en el que todas las mujeres bien vestidas que conocías armaban sus conjuntos de una edición concisa de clásicos: un guardarropa cápsula. «En ese momento, un guardarropa cápsula se sentía como una idea totalmente nueva. Porque los millennials, en particular, fueron criados con la idea de que más es más; estábamos entrenados para tener más dinero, más Birkins, más Louboutins». Rechazar todo ese brillo por la neutralidad y simplicidad se sentía, de alguna manera, subversivo. Pero incluso entonces, el concepto de un guardarropa cápsula no era novedoso: en los años 70, Susie Faux, dueña de una boutique en Londres llamada Wardrobe, animaba a sus clientes a comprar prendas duraderas y altamente funcionales, una filosofía que más tarde inspiró la colección «Seven Easy Pieces» de Donna Karan en 1985, que llevó el concepto al mainstream.
Regresando a los clásicos
Ahora, en 2023, nos encontramos en un momento de «déjà vu» en la moda. Estamos editando nuestros armarios, cambiando nuestros estilos efímeros por piezas heroicas más duraderas. Y después de las últimas temporadas de vestir por dopamina impulsado por Instagram, el regreso al lujo regular se siente refrescante, especialmente para aquellos que no están familiarizados con el toque de «Midas de Philo». Después de todo, los mayores de la generación Z solo tenían 11 años cuando debutó en Céline.
Estimulados por los cheques de sus primeros trabajos, los Zoomers ven el «lujo discreto» como un fenómeno de moda para adultos en el que pueden participar: según una encuesta realizada por el sitio de compras “Rakuten”, «el gasto en lujo por parte de los compradores jóvenes está creciendo tres veces más rápido que en otras generaciones», con «el 60 por ciento de los encuestados de la Generación Z [haciendo] compras de lujo en los últimos 12 meses». Es «un cambio de paradigma en lo que parece atractivo y aspiracional tanto para los millennials como para la Generación Z», explica la experta en retail y presidenta de Rakuten Rewards, Kristen Gall.
Admitámoslo, es un cambio interesante para las generaciones del «¡Comamos a los ricos!», un giro drástico de la crítica a las estructuras capitalistas hasta la replicación de los códigos provenientes de los ricos (especialmente cuando la suma de un conjunto como el de Paltrow cuesta más que seis meses de alquiler en algunas ciudades estadounidenses). Pero también señala que las generaciones más jóvenes están pensando en dónde van sus dólares y cómo sus armarios pueden servirles mejor en el futuro. «La Generación Z es muy consciente de cómo gasta su dinero», dice Gall. «Cuando gastan en artículos de lujo, los ven como inversiones, algo que durará años, potencialmente generaciones por venir». Es probable que parte de la razón por la que la «locura» del lujo discreto resuena tan fuertemente con los consumidores más jóvenes es por los hashtags de TikTok como #OldMoneyAesthetic que han acumulado más de 2.4 mil millones de vistas, muchos de ellos están descubriendo la satisfacción que conlleva crear un guardarropa cápsula por primera vez.
Búsqueda de pertenencia
Porque cuando lo reducimos simplemente a la ropa, la ‘tendencia’ del lujo discreto no es realmente una tendencia en absoluto. Las piezas que crean el look elegante sin esfuerzo son una camisa de botones blanca y nítida, un bolso de hombro de cuero sencillo o un par de pantalones desgastados, prendas atemporales. «Esas piezas nunca han desaparecido», dice Odell, ni lo harán. El tema del lujo discreto es innegablemente moderno, pero su práctica es constante. Después de todo, «lo “tranquilo” también equivale a confianza y seguridad, nadie quiere parecer que lo está intentando demasiado” dice Quick.
Lo que está en el núcleo de nuestra fascinación por el lujo discreto, la riqueza sigilosa y el «guardarropa de la mujer rica de bajo perfil» es un deseo de sofisticación fácil. Todos queremos llenar nuestros armarios con «piezas multifacéticas que ayudan a definir tu lugar en el mundo pero que no son demasiado ruidosas o complicadas, el equivalente a un automóvil Tesla zumbando por una carretera», dice Quick. «Este cambio se ajusta a lo que las mujeres trabajadoras quieren o aspiran a vestir: moda que no se interpone en tu camino, sino que se desliza con y a través de tu vida y [hace] que las mujeres se sientan como sus mejores versiones».
A continuación, rendimos homenaje a las 11 piezas atemporales que caen bajo el paraguas estético del lujo discreto, pero que son realmente las bases de construcción fundamentales de cualquier guardarropa cápsula.Una selección de piezas clásicas y codiciadas a las que seguirás recurriendo mucho después de que el ruido en torno a la «riqueza sigilosa» se apague.
Guía de compras para el «lujo discreto«
Queridas camisas abotonadas
Una camisa blanca de botones es la sinopsis de lo pulcro sin esfuerzo. El versátil básico es adecuado para conjuntos de trabajo, looks relajados de fin de semana y cualquier cosa intermedia.
Bolsas anti-logos
Un bolso sin logotipo es crucial para dominar el radar de lo refinado. Como explica Gall de Rakuten, los compradores más jóvenes están pasando por alto los accesorios más llamativos en favor de aquellos con más anonimato. «Marcas como Khaite, Toteme y The Row han estado robando protagonismo de Gucci y Louis Vuitton en los últimos años. Si una nueva generación rechaza los logotipos y se inclina hacia una versión más silenciosa del lujo a largo plazo, podríamos ver un cambio sísmico en las marcas que los compradores consideran en la cima de la pirámide del lujo en el futuro».
Un pantalón espacioso
Un pantalón perfectamente confeccionado, suelto pero no exagerado, es otro esencial que permanecerá en tu ciclo de ropa durante años. Su ajuste relajado encapsula perfectamente la vibra de una persona desinhibida y decidida.
Zapatillas sin complicaciones
Las zapatillas de bailarina pueden sentirse como una tendencia, ya sea porque las estás viendo en todas partes en este momento o porque recuerdas los pares “cursis” que eran populares en los años del 2010. Pero es un zapato clásico y fácil de llevar con un estilo inmortal.
Blazers entallados
Emilia de Poret, Directora de Moda de Klarna, te invita a lograr el look que se ha vuelto sinónimo de «lujo discreto». Lo que ella define como «piezas atemporales de guardarropa, una paleta de colores sutil, telas de alta calidad y siluetas perfectamente confeccionadas». Para esto, busca un blazer ligeramente entallado con esencia femenina.
Equipo de las escondidas
Replica el minimalismo “limpio» de la moda de los años 90 usando un suéter de cuello redondo neutral debajo de tu top superior, prestando atención para que el cuello se asome. Un momento de estilo reflexivo al tener una prenda apenas perceptible, son esenciales para crear un look intencional pero sin esfuerzo.
Abrigos acogedores
Protégete de las preocupaciones de la vida con un abrigo. Prueba con uno de gran tamaño de lana o un gabán beige. De acuerdo a la fintech tecnológica sueca Klarna ha tenido un «aumento del 140 por ciento en ventas durante el año», ya que cada vez más compradores buscan la clásica ropa de abrigo.
Mocasines de cuero
De acuerdo con la plataforma, los zapatos sin logo están a la moda, destacando el aumento del interés por los clásicos mocasines de cuero. Además de un look sin logos, considera esencial dejar de lado las plataformas robustas o de una suela estilo “creeper grunge”, en su lugar, es mejor optar por unos atemporales mocasines penny.
Faldas rectas
Una falda sencilla y sin complicaciones es un elemento imprescindible en todos los guardarropas. Ya sea mediana o maxi, la silueta recta demuestra confianza y seguridad en uno mismo.
Cachemir acogedora, obviamente
La cachemira es una elección obvia. Y según Klarna, la lana suave al tacto está experimentando un aumento significativo en las ventas: en el último año, «las partes superiores de cachemira han aumentado un 148 por ciento; los suéteres de cachemira han aumentado un 28 por ciento; los chales de cachemira han aumentado un 47 por ciento; y los sombreros de cachemira han aumentado un 17 por ciento.»
Lentes, para que no te vean
Toma nota del estilo de las reinas del lujo sin complicaciones, Mary-Kate y Ashley Olsen, y ponte un par de gafas de sol oscuras y ligeramente grandes. Es una afirmación sencilla, pero profunda.
Texto original:Emma Childs
Traducción: Bianca Cosulich
Artículo originalmente publicado por Marie Claire EU
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