¿Te imaginas poder prever tu estado de salud en el futuro?
Aunque suene imposible, pero según un neurólogo hay dos preguntas clave que pueden ayudarte a detectar los primeros signos del Alzheimer. Cada persona es diferente, y lo que funciona para algunos puede no ser suficiente para otros. Sin embargo, plantearse estas cuestiones no cuesta nada y podría, de alguna manera, retrasar lo inevitable.
La enfermedad silenciosa
Cada año se detectan miles de nuevos casos de Alzheimer en el mundo. Estudios indican que 1 de cada 2 pacientes desconoce que padece la enfermedad y solo lo descubre en una fase avanzada.
Dado que aún se está aprendiendo sobre esta enfermedad, es crucial adoptar diversas formas de vigilancia. El momento del diagnóstico influye significativamente en los tratamientos, y hay algunos síntomas tempranos que pueden ser detectables.
¿Qué preguntas hacer para detectar el Alzheimer?
El neurólogo Richard Restak sugiere dos conjuntos de preguntas para identificar la posible aparición del Alzheimer u otra demencia:
- ¿La persona muestra un cambio en su comportamiento habitual? ¿Tiene problemas recientes de memoria?
Si la respuesta a cualquiera de estas preguntas es sí:
- ¿Este cambio de comportamiento interfiere con la vida diaria, en particular con las relaciones con los demás?
Según Richard Restak, las expresiones repetitivas y emocionalmente excesivas (como gritos o comportamientos agresivos, incluidos arrebatos físicos) rara vez aumentan en frecuencia. Sin embargo, pueden ser «frecuentes y graves» en personas con demencia.
Signos de Alzheimer
De acuerdo con las autoridades, estos son algunos signos de preocupación y alarma:
– Olvidos «preocupantes»
– Dificultad para encontrar palabras
– Dificultad para orientarse o realizar tareas previamente dominadas
– Cambio de hábitos o de carácter
Estos últimos puntos pueden ayudar a detectar una posible demencia en quienes nos rodean.
«Una vez que llegamos a la edad adulta, nuestro comportamiento adquiere una regularidad y una previsibilidad que quienes están cerca de nosotros pueden notar. Sin embargo, si nuestros hábitos cambian repentinamente, esto debería hacer saltar las alarmas«, explica el neurólogo.
Texto original: ESTELA ROCA
Traducción: Bianca Cosulich
Artículo originalmente publicado por Marie Claire Francia
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