En los últimos años, la salud mental se ha convertido en un tema de conversación significativo que finalmente se está poniendo sobre la mesa, sin prejuicios y con total apertura (o al menos eso parece). Concibiendo que es tan importante como la salud física, en los Juegos Olímpicos de París 2024 se le está prestando más atención a la salud mental, tanto para preservar el bienestar de los competidores como para evitar que se repita lo que sucedió en temporadas anteriores.
Problemas en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020
La salud mental fue uno de los temas más sonados durante los Juegos Olímpicos de Tokio 2020. Y es que, en aquel entonces, la la gimnasta estadounidense Simone Biles tuvo que abandonar la competencia porque no estaba preparada mentalmente para afrontar las competencias y quería dar prioridad a su salud mental.
‘Después de la actuación que hice, simplemente no quería seguir’, fue una de sus declaraciones al respecto. La acción de Simone Biles conmocionó al mundo de forma positiva y negativa. Lo más rescatable es que fue un paso importante para poner foco el bienestar de los atletas.
Desde su formación y preparación existe gran nivel de exigencia y vulnerabilidad, esto debido a la presión que implica el rendimiento en las competencias, que se puede reflejar en aspectos como la perturbación del sueño, ansiedad, trastornos alimenticios y depresión postolímpica.
Las acciones en pro de la salud mental en París 2024
Luego del caso de Simone Biles en Tokio 2020, que además se suscitó en medio de la pandemia de Covid-19, el Comité Olímpico Internacional (COI) introdujo psicólogos durante los Juegos Olímpicos de Invierno de Pekín-2022, con la intención para velar por el bienestar de los deportistas.
París 2024 continúa con esas buenas prácticas al contar con más de 170 profesionales de la salud mental, que a su vez proceden de más de 90 países. Por otro lado, ofrece una línea de ayuda las 24 horas del día y los siete días de la semana, con consejeros de salud mental en más de 70 idiomas; existe una IA en los Juegos Olímpicos que monitorea las redes sociales de los atletas para evitar posibles casos de ciberacoso.
De acuerdo a Kirsty Burrows, jefa de una unidad del COI centrada en la salud mental de los atletas, también hay una ‘zona mental‘ en la Villa Olímpica con área de yoga, luz tenue, asientos cómodos y demás herramientas ‘dedicadas a la desconexión y la descompresión’.
Perros de terapia y actividades terapéuticas
Vale la pena mencionar que el equipo de Gimnasia de Estados Unidos tiene a Beacon, un golden retriever de 4 años que funge como el primer perro de terapia en los Juegos Olímpicos.
Tomando en cuenta que la presencia de un perro ofrece grandes beneficios para quienes sufren de ansiedad y depresión, acompañó a los gimnastas en su paso por París 2024, ayudándoles a reducir la presión arterial, disminuir la liberación de cortisol (hormona del estrés) y aumentar la producción de oxitocina (hormona del bienestar).
Otro caso que debemos mencionar es el del clavadista británico Tom Daley, quien desde Tokio 2020 cautivó al ser captado tejiendo prendas de crochet en las gradas, una acción que se puede concebir como terapéutica y que sigue haciendo en París 2024.
Depresión postolímpica
Los atletas se enfrentan a grandes niveles de presión previos a las competencias, sin embargo, después de estas viene un nuevo obstáculo: las opiniones ajenas del público (incluso, de sus propios compatriotas), que también pueden fomentar trastornos como la depresión.
Uno de los casos más recientes es el del nadador mexicano Miguel de Lara, quien enfrentó un momento de desconcierto y frustración al ser descalificado tras finalizar en segundo lugar en la Serie 2 de los 100m pecho masculino, por un movimiento que los jueces determinaron como inapropiado.
Además de esto, tuvo que lidiar con los comentarios críticos que venían de los propios mexicanos. En una entrevista días después de su participación, compartió: ‘Me siento satisfecho con el esfuerzo que puse. Nos tocó lidiar con muchas cosas, enfermedades, calor, mosquitos, deshidratación. Una cosa que yo no esperaba fue tener que lidiar con el pueblo mexicano a dos días de mi prueba’.
‘Después de ese 100m pecho, el tener que hablar con mi psicólogo y trabajar, alejarme de las redes sociales por la cantidad de comentarios negativos de mi propia gente fue difícil pero nos tocó luchar’, añadió.
La lista de atletas que han enfrentado la presión olímpica es amplia, un motivo más para abordar el tema de salud mental en los Juegos Olímpicos, dentro y fuera de las áreas de competencia.
