Si me preguntas cuál es el recuerdo más antiguo que tengo, es el de una textura. No tiene mucho sentido, lo sé. Tenía entre 2 y 3 años, en un día soleado, en el mar y con los pies en la arena. Recuerdo estar muy incómoda, tanto que levantaba los pies para no tocar la arena, mientras mi mamá hacía de todo para que caminara sobre ella.
Lloraba mucho, no me gustaba su textura, y no me gustó por muchos años. Recuerdo decir de niña: ‘Me gusta el mar, el agua, pero no tener que caminar por la arena’. En el futuro, todo hizo sentido.
También me molestaban las texturas de la ropa; odiaba usar pantalones de mezclilla por su tela gruesa y áspera. Por otro lado, recuerdo sentirme abrumada en fiestas con música muy fuerte o en lugares con muchas personas.

Incluso en reuniones familiares, algunas Navidades me sentía tan abrumada que me escondía en los cuartos para descansar de eso un poco. Así que estar sola no solo era algo que me gustaba, sino que necesitaba.
También crecí con una cierta obsesión por hacer todo más profundo: cumpleaños, eventos familiares, momentos especiales. Me daba una ansiedad terrible no hacer algo significativo, ya fuera escribiendo cartas, preparando sorpresas o planeando algo especial.
Y por último, algo que siempre he tenido y que pensé que era malo fue mi ‘hiperempatía’.
Recuerdo a mi mamá ‘regañándome’ y diciéndome: ‘Ana, no puedes resolverle la vida a todo el mundo’. Ya que cuando alguien me contaba algo malo, primero que nada lo sentía muchísimo emocionalmente, y segundo, quería hacer todo en mi poder para ayudarle, llegando al punto de muchas veces también de perjudicarme a mí misma.
Conociendo a las personas PAS
En múltiples ocasiones me pregunté: ‘¿Por qué siento tanto?’, deseando poder desactivar esa parte de mí. Y por años pensé que todo esto era malo, que tal vez yo era un bicho raro. En muchas ocasiones asumí la etiqueta que me pusieron de ‘intensa’, ‘exagerada’ o ‘rara’.
Hasta que conocí lo que significa ser una Persona Altamente Sensible (PAS) y, en terapia, llegamos a la conclusión de que soy una de ellas.
Recuerdo que cuando aprendí sobre este rasgo de personalidad, fue como un abrazo al corazón, porque ya había aprendido a medio esconder esa sensibilidad, pero siempre desde un enfoque un negativo, pensando que ‘había algo malo en mí’.
Porque, para los demás, las cosas no parecían importarles ni afectarles al nivel en que me afectaban. Por lo que saber que era una persona PAS me ayudo a dejar de sentirme mal conmigo misma y a poder protegerme también del esa hipersensibilidad. Adaptándome mejor al mundo.

¿Qué es ser una Persona Altamente Sensibles (PAS)?
Son personas con un rasgo de personalidad que les hace tener una capacidad sensorial muy desarrollada, es decir, sienten todo un poco ‘más’ que la mayoría de la población. Esto aplica tanto a estímulos físicos como emocionales.
Pilares principales de las personas PAS
Procesamiento profundo
Son introspectivas, analizan todo con mayor profundidad, desde situaciones, conexiones y decisiones.
Sobreestimulación
Se pueden saturar rápidamente ante muchos estímulos, por lo que pueden sentirse incómodos con luces, olores y sonidos fuertes, así como en lugares abarrotados de gente.
Empatía y reactividad emocional
Experimentan las emociones con una mayor intensidad. No soportan la agresividad ni las mentiras. Se sienten profundamente heridos por el rechazo y suelen ser más idealistas que materialistas. Sienten una gran empatía hacia las personas y los animales.
Detección de sutilezas o sensibilidad
Son extremadamente perceptivos a cambios sutiles. Disfrutan de los pequeños detalles de la naturaleza. Tienen dificultad para recibir críticas, poner límites y suelen ser sumamente intuitivos.
Es importante decir que la alta sensibilidad no es un trastorno ni una condición médica; es simplemente un rasgo de personalidad, así como hay muchos otros. Algunas personas son más tímidas, otras más extrovertidas y algunas son más sensibles que otras. Es así de sencillo.
Por eso, si te identificas con esto, es importante que sepas que no hay nada malo en ti. Se estima que alrededor del 20% de la población mundial es PAS, y es un tema del que aún se habla muy poco, ya que fue descrito por primera vez hace apenas 35 años por Elaine Aron.
PAS ¿nacen o se hacen?
Hay un componente genético y ambiental que influye en estas características; podemos ya sea heredar esta sensibilidad o desarrollarla a partir de experiencias en la infancia.
Por lo que la próxima vez que te critiquen por querer la música más baja, cambiar los focos de la casa por una luz más tenue, ‘llorar por todo’ o querer ayudar a todo el mundo, recuerda que no estás exagerando.
Es parte de quién eres y es válido lo que sientes. De hecho, esta sensibilidad a los estímulos, se refleja en la estructura cerebral.
Se ha demostrado que existen diferencias en ciertas áreas del cerebro, como la corteza prefrontal (procesamiento de información), la amígdala (respuestas emocionales) y la ínsula (empatía). Explican por qué hay una mayor susceptibilidad, fatiga mental y reactividad emocional en las personas PAS.

Recomendaciones para a las personas PAS
Entender qué significa ser PAS, identificar si lo somos o si tenemos a alguien en casa con este rasgo, ayuda a validar experiencias y a tener estrategias para su bienestar, ya que debido a su hipersensibilidad, las personas PAS son más propensas a tener ansiedad y depresión.
- Tener una estructura en las actividades para prevenir el agotamiento mental.
- Practicar la meditación.
- Estar en contacto con la naturaleza.
- Establecer rutinas de autocuidado y actividades creativas para procesar emociones
- Reservar tiempo a solas.
- Considerar de ir a terapia.
- Practicar la autocompasión y tener un lugar seguro para expresarnos.
Somos seres únicos, y eso significa que todos somos diferentes de una u otra manera. Lo importante es abrazar esas diferencias y reconocer que también nos brindan grandes regalos.
Así que, si te identificas como una Persona Altamente Sensible, abraza tu sensibilidad y reconoce los regalos que trae consigo ser un poco diferente y más perceptivo. Al cambiar la connotación negativa de nuestra sensibilidad y contar con herramientas de autocuidado, podemos lograr que ser PAS no nos robe la paz.