Hoy Claudia Sheinbaum portará por primera vez la banda presidencial, un emblema simbólico hecho por manos de mujeres mexicanas. Este día comienza su gobierno oficialmente como la primera mujer presidenta de México.
La banda presidencial es un símbolo lleno de historia y cuidado. Su elaboración requiere una fuerte dedicación de manos expertas del ejército mexicano. Descubre sus orígenes, protocolo y quienes están detrás de su elaboración.
Historia de la banda presidencial
No tenemos una certeza concreta de cuándo se creó la banda. Sin embargo, el dato más aproximado es que fue en el séptimo gobierno de Antonio López de Santa Anna de 1843 o en el de Guadalupe Victoria.
No obstante, el primer presidente en usar una banda tricolor fue Pedro María Anaya durante la invasión de Estados Unidos en 1847.
Actualmente existe un protocolo específico sobre su uso y diseño. Se trata de la Ley sobre el Escudo, la Bandera y el Himno Nacional, promulgada el 8 de febrero de 1984.
De acuerdo con el artículo 36 de esta ley, la banda se coloca del hombro derecho al costado izquierdo, debajo del saco y unida a nivel de la cintura.
Su uso se reserva para ocasiones de máxima solemnidad como en su informe de gobierno ante el Congreso, el 15 de septiembre y al recibir las cartas credenciales de embajadores y ministros.
¿Quién hizo la banda presidencial?
La banda, así como otros símbolos patrios, es elaborada por la Fábrica de Vestuario y Equipo de la Secretaria de la Defensa Nacional.
La banda presidencial porta los tres colores de la bandera, con el color verde en la franja superior. El escudo está bordado en hilo de canutillo de oro, lo que lo hace sumamente valiosa.
Evangelina Rentería de la Cruz (mostrada en la portada), quien lleva 17 años de experiencia en el taller de costura y bordado fue la encargada de crear el escudo. Cabe destacar que este trabajo es completamente hecho a mano por lo que se requiere mucho tiempo, paciencia y dedicación, como si se tratase de una pieza de Alta Costura.
La toma de protesta de hoy marca un paso más en la lucha por un país mejor, especialmente para las mujeres. Solo queda tener esperanza y exigirle a nuestros funcionarios que hagan valer la ley y la voluntad del país.
