Iñárritu presenta una cinta que navega entre la realidad y el surrealismo…
Por: Bianca Cosulich.
Bardo ha dividido al público y críticos, la cinta que refleja la vida de uno de los cineastas más importantes de nuestro país se ha tomado de dos formas, una propuesta pretenciosa o una demasiado personal.
Bardo: Falsa crónica de unas cuantas verdades expresa partes importantes de la vida de Alejandro González Iñárritu desde más de una perspectiva, nos adentramos en sus vivencias como padre, inmigrante, creador, crítico y más.
¿Qué significa Bardo?
Una de las primeras preguntas va en torno al significado del título de la película, la palabra proviene del budismo y es el proceso entre la muerte y la reencarnación, o sea un estado intermedio, quien pasa por este proceso vive una serie de visiones.
La película se siente como un viaje entre los sentidos y la realidad, donde al inicio muy pocas cosas tienen sentido, pero conforme vamos avanzando en la vida del protagonista podemos contestar las preguntas bajo nuestra propia interpretación.
¿De qué trata?
Silverio Gama es un famoso documentalista mexicano que después de dos décadas regresa a México de Estados Unidos para recibir un premio por su documental que retrata el estado de su país natal.
Durante su estancia vemos como el protagonista se enfrenta a diferentes situaciones que lo llevan a un camino de introspección y a una profunda reflexión sobre lo que es el éxito, el valor de la familia, los miedos y el cuestionamiento interno.
Daniel Giménez Cacho fue el encargado de darle vida al documentalista que no pertenece a ningún lado y transita, en lo que él llama, un sueño caótico. El actor ha compartido que no fue difícil conectar con la idea del director.
Junto con Griselda Siciliani, interpretando a Lucía la esposa de Silverio, han creado una mancuerna llena de emociones que transmiten el camino doloroso de la perdida y las preocupaciones familiares.
Elementos de la vida de director y fragmentos de la cultura mexicana son plasmados en la pantalla, con giros surrealistas dando como resultado una autoficción. Una invitación a cuestionar la realidad de muchos con el privilegio de otros.
Iñárritu ha presentado lo que se considera su película más personal, no es una cinta para cualquiera y, a palabras de director, no hay que verla buscando lógica, pero más bien que aflojemos nuestras emociones.
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