¿El mejor hotel para contemplar el Pacífico? Probablemente sí. Suspendido entre acantilados tropicales y la inmensidad del océano, Cala de Mar Resort & Spa Ixtapa no es solo un destino, es una experiencia sensorial. Un secreto bien guardado en la costa del Pacífico mexicano que ofrece algo más que lujo: ofrece silencio, horizonte y alma.
Aquí, el lujo no grita: susurra. Cada detalle —desde la arquitectura en curvas que imita al océano hasta el aroma del copal en un temazcal frente al mar— está pensado para reconectar. Con la tierra, con el cuerpo, contigo. Cala de Mar no es un hotel, es un refugio suspendido entre selva y silencio, donde el tiempo se diluye con cada ola.
¿Cómo se siente llegar a un lugar que parece un sueño?
Desde el primer instante, Cala de Mar despliega su lenguaje: una arquitectura que fluye, una bienvenida cálida y esa vista infinita al mar que parece abrazarlo todo. Cada una de sus 59 suites —con terraza privada y alberca individual— garantiza el espectáculo del océano, sin interrupciones ni artificios. Solo tú, el sonido de las olas y el azul en su máxima expresión.
¿Qué hace que el wellness aquí se sienta como un ritual?
En El Capricho Spa, el bienestar es mucho más que una tendencia: es una ceremonia. El espacio —de más de 550 m²— combina zonas interiores y exteriores para ofrecer una experiencia que rejuvenece cuerpo, mente y espíritu.
Masajes, tratamientos faciales, meditación frente al mar y un centro fitness con vista panorámica. Todo pensado para que el equilibrio no sea una meta, sino un estado natural.
¿Has probado un temazcal frente al mar?
Cala de Mar revive esta tradición ancestral con el Jatsima Temazcal, una cabaña circular dedicada a la Madre Océano. Inspirado en prácticas curativas prehispánicas, este espacio ofrece una ceremonia guiada que purifica, renueva y conecta con lo esencial. La experiencia perfecta para quienes buscan algo más que descanso: transformación.
¿Puede la arquitectura imitar a la naturaleza?
En Cala de Mar, sí. El proyecto arquitectónico —firmado por Santiago Aspe, Enrique Muller y José Manuel López Vázquez— fluye como el entorno que lo rodea. Nada de líneas rígidas ni estructuras invasivas.
Aquí todo curva, abraza y evoca. Las habitaciones se deslizan como una cascada hacia el mar, las paredes imitan olas y los detalles decorativos (como la colección de platos cerámicos) celebran la forma circular. Una fusión armónica entre naturaleza y diseño.
¿Y si el lujo también supiera a mar?
La propuesta gastronómica es un viaje de sabor. Cuatro conceptos —cada uno con su personalidad— hacen de cada comida un recuerdo.
- A Mares: cocina sofisticada con ingredientes locales.
- Las Rocas: donde el atardecer se disfruta con mariscos fresquísimos.
- Las Rocas Seafood Market: experiencia culinaria frente al mar.
- La Terraza Bar: el lugar perfecto para un cóctel al ritmo de las olas.
Y para llegar a ellos —si estás en las alturas—, un funicular te desliza entre niveles como un guiño al confort absoluto.
¿Qué distingue a un hotel de un gran hotel como Cala de Mar?
Más allá de la vista (aunque aquí es incomparable), Cala de Mar ofrece un detalle que transforma: el asistente personal. Un acompañante discreto y atento que se asegura de que todo fluya como debe.
Además, bicicletas disponibles, acceso a biblioteca, actividades ecoturísticas y espacios que invitan a la contemplación convierten tu estancia en una coreografía de placer y calma.
¿Por qué ahora es el momento perfecto para reservar?
Esta temporada, el hotel ofrece paquetes exclusivos para huéspedes mexicanos, con promociones irresistibles que incluyen alberca privada y vista garantizada al mar. Un lujo personalizado que, sin duda, merece vivirse.
Cala de Mar Resort & Spa Ixtapa no es solo uno de los mejores hoteles del mundo según los expertos. Es también un refugio para el alma, donde cada curva, cada aroma y cada silencio fueron pensados para hacerte sentir algo que pocas veces sentimos: total plenitud.
