El 8 de marzo, en medio del Día Internacional de la Mujer, Carolina Vázquez se llevó más atención de la que esperaba por un acto de protesta.
Las marchas del 8M provocan reacciones polarizadas en redes entre el apoyo y la denuncia, sin embargo, la urgencia de estas protestas surge de una problemática real. En Guadalajara, Carolina Vázquez, diseñadora de vestidos de novia, fue objeto de atención mediática ya que su tienda fue grafiteada.
Algunos de los vestidos de novia en exhibición fueron pintados con frases como “los novios también violan” y “no es no es no”, haciendo referencia a la violencia en pareja y el abuso sexual al que pueden ser objeto las mujeres casadas.
Esto causo indignación entre algunos usuarios de redes sociales que lo ven como una acción injusta en contra de una emprendedora. Sigue la misma lógica sobre el daño que sufren inmuebles y monumentos durante estas protestas. Pero esta narrativa quita el contexto en el que se realizan estas manifestaciones.
Entre la confusión y las versiones diferentes, algunos asumieron que Carolina intervino los vestidos, a manera de protesta propia. Esto porque los maniquíes portaron un pañuelo morado alrededor del cuello.
La verdad detrás de la acción
Sin embargo, la diseñadora esclareció la verdad y su postura sobre este evento. En un comunicado de prensa explicó que “dicha intervención sucedió como un acto espontáneo de protesta por parte de las manifestantes, mismo que respetamos profundamente, pero del cual no podemos acreditarnos como autores.”
Detalló también que su atelier si puso los pañuelos morados en los maniquíes “para mostrar nuestro respaldo a la manifestación del 8M”. Y aunque algunas personas se enojaron en su nombre, parece que Vázquez apoya la acción, invitando a las agrupaciones activistas a acercarse con la marca para hacer sinergia y colaborar en proyectos que aporten a la causa feminista.
Sin duda esta respuesta dejará insatisfechos a quienes creen que vandalizar su tienda es reprobable. A pesar de ello, los daños materiales se reparan, los vestidos se reemplazan, las vidas perdidas no.
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