Virginie Viard aterriza en la capital del rock británico para celebrar el movimiento Mod, la juventud y el espíritu de una las ciudades más desbordantes con inspiración y cultura pop.
Si piensas en Inglaterra, probablemente tu primera imagen en la mente es el London Eye o el Big Ben. Sin embargo, es Manchester de dónde salen íconos de la cultura pop como sus clubs de fútbol o bandas como Joy Division, Oasis y The Smiths. Esto último le ganó el título de capital del rock británico. Tiene sentido que Virginie Viard decidiera presentar su nueva colección Métiers d’Art para Chanel.

La energía electrizante y la juventud son elementos clave que inspiraron la colección. En una serie de retratos realizados por Jamie Hawkesworth y un cortometraje por Sofía Coppola se revelan las inspiraciones de la colección. Los escenarios y mujeres que captura con su característica calidez hacen muestra de la idiosincrasia de la ciudad.


Chanel Métiers d’Art, tradición y juventud

La colección camina en la calle Thomas, así como esos documentales de los años sesenta donde se observan multitudes de personas en su mejor estilo caminando hacia su trabajo. Las siluetas de la colección se centran en el traje de tweed. Abriendo la pasarela, aparecen una serie de conjuntos de dos piezas en colores pastel que recuerdan al movimiento Mod, con gorras a juego o sombreros que simulan un fleco caricaturezco, ambas creaciones de Maison Michel.


Otra propuesta clave es la combinación de abrigo y minivestido. Uno de los looks que mejor representa la colección, un vestido corto transparente con un cardigan con zipper y las mangas arremangadas. Otro ejemplo irresistible, un juego de capa y vestido en tweed rojo a conjunto.


Moderno pasado, moderno presente
Los elementos gráficos de la colección combinan clásicos atemporales como los cuadros y los tejidos de pata de gallo con grafitis y rayas horizontales como los cuellos de jerseys deportivos. Una bufanda delgada, como aquellas del Manchester United igualmente evoca la innegable presencia del deporte en la ciudad. Chanel hace un guiño también a la música en un bustier bordado completamente para simular una colección de vinilos.
El tweed un clásico inglés, es recreado en el atelier Lemarié con el espíritu punk distorsionandolo, rompiendo fragmentos y reconstruyendo a manera de collage. La joyería de Goossens es llamativa y colorida, pop esencialmente.


A cualquier ciudad a la que se dirige, Chanel sigue siendo Chanel. Esta colección reafirma los códigos de la casa con una clave más juvenil y con esa mezcla entre rebeldía y propiedad. Cuando las modelos emergieron al final con Bizarre Love Triangle de New Order de fondo, una sensación de euforia en la calle nos invadió.
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