Regresa a Ciudad de México El Rey León, uno de los musicales más populares del mundo, con una producción espectacular que nos lleva por la ya famosa historia de Simba y su búsqueda de identidad.
El show, que se ha establecido en el Teatro Telcel, mantiene la esencia de Disney, pero con un par de ajustes para darle a las mujeres personajes que reflejan su fuerza interna.
Bajo la dirección de la directora Julie Taymor, los personajes femeninos toman un enfoque diferente, siendo sus propias protagonistas, donde su voz resuena en todas las esquinas del teatro.
Nombres como el de Nala, Sarabi (mamá de Simba) y Rafiki, que en esta puesta en escena es interpretado por la actriz Nokulunga Madlala, nos transmiten las diferentes etapas de las mujeres; una de ellas, la maternidad.
Las mamás detrás de El Rey León
Todos conocemos la historia de El Rey León, que si bien se enfoca en el recorrido de Simba y los peldaños que cruza para encontrarse consigo mismo, los personajes secundarios son el pilar de su historia. La influencia de las mujeres en su vida es lo que lo lleva a reclamar el trono que le pertenece.
Así como a lo largo de la obra seguimos a las leonas y su instinto materno por proteger, hay mujeres arriba del escenario y detrás del telón que balancean una vida de trabajo y responsabilidades que ningún hombre podría terminar de entender: el peso y el privilegio de ser madres.
En conversación con Marie Claire, hemos ido más allá de los reflectores para conocer a las artistas del musical, quienes nos han contado cómo viven su maternidad, los conflictos internos, la pasión por su carrera, las dificultades de mudarse y el regocijo de tener a sus compañeros de vida.
Luna Manzanares le da vida a Sarabi, la madre de Simba, y para ella esta es una bendición personal y profesional: ‘Amo ser madre, el concepto en general de lo que representa una figura materna. En el caso de Sarabi, ella entiende la importancia del equilibrio natural […] Simboliza la lealtad, el amor, la protección de la familia y el respeto por la tradición’.
El poder de la maternidad para subir al escenario
Angie Reyes, una de las talentosas bailarinas de El Rey León, deja su alma en el escenario pero el corazón con su familia. Para ella, la maternidad es una mezcla intensa de amor, miedo, alegría, cansancio, culpa y duda, y también: ‘La experiencia más profundamente transformadora que he tenido, por los desafíos emocionales’, nos comparte.
Para Nokulunga, nuestra querida Rafiki, la maternidad es recordar a sus antepasados y honrar los sacrificios de su madre.
La maquillista Mara Cisneros, que nos comparte una visión real de ser madre: ‘Dejas de verte solo como individuo: ahora eres completamente responsable de guiar, cuidar, educar y hacer lo más feliz posible a una personita que no eres tú […] implica olvidarte un poco de ti misma para cuidar de alguien que depende totalmente de ti’.
Balance entre el escenario y el hogar
Así como los personajes de la obra, estas mujeres empujan sus límites para cumplir sus sueños y, al mismo tiempo, ser madres. Llevan una doble vida donde unos días están envueltas por aplausos y otros, abrazadas por sus hijos.
Cada una ha hecho un sacrificio para estar donde está, dejando en claro que la maternidad no es una condena para sus metas, sino el motor para sobrellevarlo todo como una leona.
En sus experiencias tomamos consejos. Angie Reyes cree en la flexibilidad y en no exigir perfección: ‘Es muy importante pedir ayuda y tener una red de apoyo que, en mi caso, son mi madre y mi hermana, porque sería imposible hacerlo sola’, comparte.
Por otro lado, Luna Manzanares nos recuerda a otro pilar de las familias:’En mi caso, mi esposo y padre de mi hija es pilar fundamental para desempeñar mi rol cada noche. ¡Vivan los papás presentes!’
Nokulunga y Nombulelo Chili, dos de las actrices principales, nos hablan desde su vida como madres solteras:
‘Tengo que volver de ese espectáculo increíble y limpiar mi espacio, prepararme para el día siguiente […] Es agotador y no diría que tengo un equilibrio completo; hago todo lo posible por cumplir con mi deber como madre y hacer lo que tengo que hacer día a día’, expresa Nokulunga.
‘Como madre soltera, siempre he tenido que trabajar diez veces más duro para proveer a mis hijos y para que no sientan mi ausencia’, señala Nombulelo Chili.
‘Siempre estoy trabajando lejos, pero trato de regresar a casa cada seis meses […] Ellos entienden que su mamá está haciendo un sacrificio para que puedan comer, tener un hogar y una mejor vida’.
Y es que, para que estas mujeres sigan dando todo de sí, han encontrado fuerza en sus propias madres, un ejemplo del amor generacional.
Una maternidad sin culpas
Las voces e historias de este grupo de mujeres que participan en El Rey León son un recordatorio de resiliencia, pasión y talento, pero también de honestidad y vulnerabilidad.
Aun cuando son estrellas ante el mundo, en ocasiones ellas batallan para encontrar su centro y nos recuerdan que no existen las madres perfectas, pero sí aquellas que saben decir: ‘Lo estoy intentando y eso es lo que importa’.
¿A qué se enfrentan ellas? Angie Reyes comenta: ‘Constantemente se está luchando con la culpa, el agotamiento, se siente miedo por no saber si lo estás haciendo bien o no. Pero si lo sabes enfocar, esos desafíos te ayudan a descubrir una fortaleza, paciencia y amor que no sabías que tenías’.
Nokulunga se sincera y nos permite empatizar con ella cuando comparte que el desafío más grande como madre es: ‘Estar presente y ser una madre comprensiva, incluso cuando estoy agotada’.
Mara Cisneros refleja la vida de miles de madres: el tener que renunciar por un tiempo a los sueños para estar presente en los primeros años de los hijos y de: ‘Poder ser mamá y, al mismo tiempo, retomar mi carrera en el teatro […] encontrar el equilibrio para que todo funcione de forma que ambos estemos bien y felices’.
Luna Manzanares se enfrenta al tener que separarse por un tiempo de su hija, pero como ella señala: ‘Mientras mi familia esté conmigo, todo es superable. La distancia suele ser peligrosa, por buenas que sean las intenciones’.
Así, el elenco de El Rey León nos enseña que el éxito y el arte no están peleados con la feminidad ni con el deseo de ser mamás.
Que si bien las luchas internas son inimaginables y el dolor puede ser más fuerte que los propios objetivos, al final del día, cada paso que dan y show que finalizan es un reflejo de la fuerza que ser madre les da.
Y eso es lo que celebramos en el Día de las Madres.
