viernes, mayo 9, 2025
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    Cuando la mente se quiebra, más allá del estigma: Una columna de Luisa Peña

    Hay eventos que se quedan marcados en la mente y que toman poder del cuerpo con el tiempo. Sin esperarlo, nuestro cuerpo reacciona por medio de cambios físicos, siendo una señal de estrés postraumático.

    La salud mental sigue siendo un tema tabú envuelto en prejuicios sobre lo que significa tener una enfermedad mental. La idea genera temor, pues imaginamos escenas de películas como personas atadas a una cama. Este estigma provoca que muchas personas oculten sus problemas y eviten buscar tratamiento.

    Siempre me había considerado sana mentalmente. Por supuesto, he enfrentado problemas y desarrollado patrones de conducta poco saludables que he tenido que trabajar, como supongo le ocurre a la mayoría. Por ello, desde joven he acudido a diferentes tipos de terapia psicológica

    Tipos de estrés
    El TEPT se vive de diferentes formas. Algunos sienten pánico, miedo o tener reacciones palpables, son emociones intensas, constantes o por periodos. Foto: Pexels

    Vivir con estrés postraumático

    Me fascina entender el origen de mis pensamientos y de dónde provienen mis inseguridades. El proceso de autoconocimiento conduce a una vida más equilibrada y plena.

    Pero, ¿qué sucede cuando la terapia convencional no es suficiente? ¿Qué ocurre cuando la mente es secuestrada por pensamientos oscuros derivados de un desbalance químico? 

    Hace unos meses, comencé a experimentar cómo me fallaba la razón. No se alarmen, no llegué al hospital, pero hubo momentos en los que creí perder la cordura. Empecé a sufrir ataques de pánico de intensidad indescriptible.

    Manifestaba síntomas físicos como latidos descontrolados, extremidades entumecidas, mareos, náuseas, una sensación de estar como fuera de mí, como si el piso se moviera, y una profunda inapetencia, no solo por la comida, sino por la vida misma. 

    Me arrastraba como una autómata para cumplir mis obligaciones, apenas logrando realizarlas. Me sometí a numerosos estudios médicos, convencida de padecer algo grave.

    Finalmente me diagnosticaron con trastorno por estrés postraumático (TEPT), una condición que puede desarrollarse tras experimentar o presenciar un evento traumático.

    Manos de una mujer delicada
    El trastorno de estrés postraumático no tiene una cura como tal, es tratable y se puede vivir con el. El objetivo de los especialistas es regresar estabilidad. Foto: Pexels

    El diagnóstico que cambio una vida

    ‘Mira, Luisa’ me explicó el especialista, ‘tu vivencia durante el huracán Otis desestabilizó tu sistema nervioso. Es como si hubieses estado en una zona de guerra: tu sistema nervioso quedó en modo alerta constante, incapaz de regularse, enviando señales de peligro a todo tu cuerpo’ comenzó.

    ‘No habías tenido tiempo de recuperarte cuando te enfrentaste a la muerte de tu padre, quien tuvo un desenlace muy difícil, lo que prolongó ese estado de alerta durante meses. Y, por si fuera poco, estás en la perimenopausia, por tanto, la disminución de estrógenos afecta el funcionamiento cerebral’.

    ‘Déjame ayudarte’ continuó. ‘Hagamos un plan integral que incluya un cambio de estilo de vida, como reducir el estrés, continuar en terapia conductual o programación neurolingüística (PNL), meditar, hacer ejercicio, cuidar tu alimentación e higiene de sueño, considerar terapia hormonal, acupuntura y suplementación’. 

    ‘Pero necesito que tomes un antidepresivo durante unos meses para equilibrar y modular la actividad de neurotransmisores, como la serotonina y la norepinefrina, así como disminuir síntomas centrales del TEPT, incluyendo pensamientos intrusivos y ese estado de alerta elevado. En unos meses, notarás una gran mejoría’.

    Persona triste
    Con el paso de los años, la salud mental ha tomado prioridad en la vida de las personas, siendo el camino a una vida de bienestar. Foto: Pexels

    Soltar prejuicios y recuperar la salud

    A pesar de mis prejuicios sobre los antidepresivos, dejé atrás la vergüenza y acepté el tratamiento para recuperar mi salud y retomar el control de mi vida. 

    La salud mental es el estado de equilibrio emocional, psicológico y social de una persona. Afecta cómo pensamos, sentimos y actuamos cotidianamente, así como nuestra capacidad para manejar el estrés, relacionarnos con los demás y tomar decisiones.

    Tener una buena salud mental no significa experimentar felicidad constante, sino poder enfrentar los retos de la vida con resiliencia, cultivar relaciones saludables, encontrar un propósito y disfrutar la vida.

    Porque cuando nuestra mente sufre, todo lo demás se desmorona. Y si no estamos bien, necesitamos quitarnos la pena, abandonar los prejuicios, informarnos y solicitar ayuda.

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