Una nueva exhibición revive la visión de Pedro Guerra, un legendario fotógrafo yucateco a través de una conexión accidental
A José Manuel Rodríguez, mejor conocido como Josemra, le tomó por sorpresa la similitud entre sus fotografías y las de Pedro Guerra. Ahora los dos fotógrafos crean una conexión temporal en Post-Guerra, una exhibición presentada en Salón Gallos, un espacio cultural y gastronómico que se ha vuelto el epicentro artístico de Mérida.
Carácter y Espíritu: Fotografía Artística Guerra
Pedro Guerra Jordán es un maestro de la fotografía yucateca, pionero en la introducción de nuevas tecnologías en el estado. Su trabajo abarca todo tipo de géneros de fotografía, desde lo documental hasta lo experimental. Sin embargo, él es más conocido por Fotografía Artística Guerra, su estudio que permaneció activo entre 1877 y 1959. Ahí tanto Pedro Guerra Jordán como su hijo Pedro Guerra Aguilar se dedicaron a capturar personas de todos los andares de la vida. Bailarinas, personas indígenas, políticos, hasta un equipo de beisbol infantil del mismo estudio.
La Fototeca Pedro Guerra de la UADY, un archivo recopilando su obra es muestra de su acercamiento a la creación de imagen. Su elección de abrir la fotografía a todo tipo de personas también denota un interés por el sujeto. Al democratizar sus imágenes capturó momentos históricos en el estado como la migración coreana de 1905. Entrar al buscador de la fototeca es descubrir un enorme acervo de imágenes que muestran una realidad a veces más subjetiva que objetiva.
El ojo de Pedro Guerra tuvo una sensibilidad particular. De la misma forma que pioneros como el Barón Adolph de Meyer o Edward Steichen, Pedro eleva el sujeto, capturándolo a medio performance, en una pose elegante rodeada de flores, columnas o contra fondos con imperfecciones, realistas.
Un encuentro inesperado con la historia
Josemra, por su parte ha creado su propio espacio dentro de la escena creativa en Yucatán. El fotógrafo radicado entre Ciudad de México y Mérida revela imágenes con una cualidad imperfecta, dejando que la naturaleza y la improvisación formen parte de la creación. Curiosamente, a pesar de su desconocimiento previo del trabajo artístico de Guerra, su expresión pareciera una voz que retoma el discurso previo. “El no buscaba la perfección en su imagen, al contrario, abrazaba la imperfección, que es una cosa que comparto con él” comenta al respecto. Así como Pedro creó Fotografía Artística Guerra, José creó Rodriga Estudio, un espacio que nace con la intención de ser el nido de imágenes expresivas. Este estudio es uno de los pocos en la ciudad que invita a la luz natural a la foto y que se rodea de libros y revistas como fuente de inspiración.
Hace un par de años el galerista José García citó a Rodríguez para mostrarle algunas imágenes del libro que retoma el trabajo de Fotografía Artística Guerra y contrastarlas con las suyas. Es en esta reunión casual donde nació un proyecto que celebra la identidad yucateca en la fotografía.
A través de una examinación exhaustiva, Josemra, García y el duo de estilistas Blancopop escogieron las imágenes más representativas de la sensibilidad artística de Pedro para posteriormente reinterpretarlas en una clave contemporánea. Hablando sobre el proyecto, el fotógrafo yucateco comenta comenta “Se trata de reinventar lo hecho, de poder retomar las raíces de este gran maestro y poder reinterpretarlo con diseñadores mexicanos actuales y talentos que radican en el estado.”
La identidad yucateca en imágenes
Además de celebrar la obra de este maestro de la fotografía, las imágenes son expresión de la viva industria creativa mexicana. Ofelia Medina protagoniza la primera imagen, haciendo referencia a que ella junto con su familia fue retratada por Guerra en el pasado. Modelos como Eliseo de Anda, Ileana Ricaud, Sophie Fauscett, entre muchos otros representan tanto a su identidad yucateca como a la diversidad cultural que ha caracterizado a Mérida. Blancopop ofrece su visión estilística con diseñadores mexicanos como Carlos Pineda, Francisco Cancino y Gladys Tamez conviviendo con joyería vintage de Chanel y el huipil, la indumentaria tradicional del estado.
Poco se sabe de las motivaciones de Pedro Guerra, solo se pueden hacer deducciones a partir de su uso de la luz, la utilería y el escenario. Sus limitaciones tecnológicas sirvieron para desafiar la técnica y dar forma a su sello, mientras que Josemra moldeó su imagen a partir de su realidad. “Mi gusto por esta imperfección viene de mi día a día, de toda mi niñez, de la colonia en donde crecí con las paredes caídas y las texturas. Quiero que mi fotografía sea una fotografía viva, que sea real, que retrate la realidad de la vida.” Esta conexión imprevista sugiere que las imágenes viven a través de una energía que pasa de fotógrafo en fotógrafo, como la sangre que sale del corazón y regresa a su origen para circular eternamente.
Post-Guerra esta abierta el público hasta el 9 de diciembre. Si visitas este espacio, procura ir con el estómago vacío. Los tacos de castacán son la especialidad de la casa.
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