Un logro histórico para los derechos de la comunidad LGBT+ en México.
La Cámara de Diputados de México aprobó la reforma que prohíbe los Esfuerzos para Corregir la Orientación Sexual y la Identidad de Género (ECOSIG), mejor conocidos como terapias de conversión. Después de varios años de inactividad sobre esta iniciativa, la cámara realizó la votación, resultando en 275 votos a favor, 102 en contra y 30 abstenciones.
El Consejo para Prevenir y Eliminar la Discriminación de la Ciudad de México define las terapias de conversión como “prácticas aplicadas a las personas pertenecientes a la población Lesbiana, Gay, Bisexual, Trans e Intersex (LGBTI), principalmente niñas, niños y adolescentes, con el objetivo de modificar, cambiar o inhibir su orientación o identidad por considerarlas incorrectas o una enfermedad que haya que curar, justificándolas con argumentos morales o ideológicos que vulneran los derechos humanos.”
Estas prácticas no tienen ningún fundamento científico y por lo general conllevan agresiones físicas y psicológicas, tratos crueles y humillaciones. Esto con el fin de asociar la orientación sexual del individuo como algo no deseable o negativo y “convertirlo” en una persona cisgénero heterosexual.
Este proyecto se aprobó en el Senado en octubre de 2022 pero se discutió en la Cámara de Diputados hasta ahora. Prohíbe que “grupos de ayuda” violenten y orienten de manera coercitiva el libre ejercicio de la sexualidad.
La realidad de las terapias de conversión en el mundo
La terapia de conversión sigue siendo un fuerte punto de debate ya que sigue siendo una práctica común. En 2018, Lucas Hedges protagonizó la película Corazón Borrado con Russell Crowe, Nicole Kidman y Troye Sivan.
La cinta se inspiró en las experiencias de Garrard Conley, quien escribió un libro sobre su experiencia después de que sus padres lo obligaran a asistir a terapias de conversión. Su padre – un pastor bautista – y su madre, se enteraron de su homosexualidad tras ser víctima de violación por otro hombre.
A pesar de que han pasado los años, la realidad de los derechos LGBT+ es que los logros se están esfumando. Las personas trans son objeto de especulación y violencia y leyes que restringen su acceso a la medicina y la homofobia sigue siendo parte del día a día. Leyes como la prohibición de las terapias de conversión representan una manera en que la sociedad pueda cambiar y evolucionar al respecto.
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