jueves, noviembre 21, 2024
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    Moda y arte en México, siempre entrelazados

    Al estudiar la historia de la indumentaria en México, se nota un vínculo intrínseco entre la moda y el arte

    A lo largo de la historia, la indumentaria sirve un propósito no solamente funcional sino estético. Las tendencias y las siluetas se complementan de técnicas artesanales y gráficos que la convierten en un lienzo para el arte. Esto es especialmente cierto en México. Las comunidades indígenas desarrollaron un lenguaje gráfico que comparte su cosmogonía y su estética a través de diferentes técnicas de bordado, tejido y teñido, variando enormemente entre regiones.

    El Arte de la Indumentaria y la Moda en México, en el Palacio de Cultura Citibanamex en 2016. Curaduría de Ana Elena Mallet.

    Ana Elena Mallet es una de las figuras clave en reconocer esta relación. Ella ha curado algunas de las exposiciones más influyentes de moda y diseño en nuestro país. Para hablar de algunos ejemplos podemos comenzar con Boutique en el año 2000 en el Museo de Arte Carrillo Gil y más recientemente El Arte de la Indumentaria y la Moda en México, en el Palacio de Cultura Citibanamex en 2016. También ella curó la muestra de Cartier en el Museo Jumex en 2023, donde exploró la relación de la casa francesa con María Félix. En estas exhibiciones Mallet investiga la expresión cultural a través de objetos preciosos o de uso cotidiano.

    Ramón Valdiosera, viva expresión del arte y la moda mexicana

    En la década de 1940, un nombre surge en la escena de la moda mexicana: Ramón Valdiosera. Es uno de los primeros en colocar el diseño nacional en el radar internacional, presentando una colección que terminaría inventando la leyenda del rosa mexicano. Valdiosera fue un talento polifacético: diseñador, ilustrador y autor. Es uno de los primeros en investigar la historia de la indumentaria tradicional y creó muchos de los trajes típicos de cada estado. Entre sus proyectos estuvo Maya de México, una marca en la que comercializaba prendas y accesorios con ilustraciones inspiradas en la cultura mexicana.

    Ramón Validosera es el padre del rosa mexicano. En 1948 presentó en el Hotel Waldorf Astoria de Nueva York una colección de piezas en color bugambilia, la prensa sorprendida por el color lo llamó el rosa mexicano. Recientemente Benito Santos se inspiró en esa anecdota para su colección SS24, prsentada también en Nueva York.

    Carlos Didjazaá creó un archivo de diseño mexicano donde recopila las piezas de aquellas estrellas que merecen ser recordadas por sus contribuciones al lenguaje estético de nuestro país. En Colección Didjazaá puedes ver algunas de las piezas que conserva como un vestido de Maya de México o un conjunto de esteban de vestido y faldón con un estampado realizado por el diseñador estadounidense Brooke Cadwallader.

    Moda y discursos de un país que vive entre el presente y el pasado

    Este vínculo no se limita a las prendas, también la orfebrería incorpora el arte en su creación. La firma mexicana de joyería Tane históricamente ha trabajado con diferentes comunidades artísticas. Pedro Leites, hijo de los fundadores de Tane comenzó con esta tradición con los Gallos que ahora son insignia. Desde entonces el arte se conjuga en objetos decorativos con diseños de Xawey Wolski o Vasarely.

    Los Gallos de Tane ahora son una tradición. María Félix solía regalarlos a sus amigos.

    En 2021 colaboraron con la comunidad de San Antonino Castillo Velasco, Oaxaca, convirtiendo sus bordados en pulseras, collares, aretes y anillos de oro y plata.

    Recientemente, otra iniciativa que ha tomado forma en México es Cloe Gallery, donde cada año invitan a un artista o diseñador a convertir sus bolsos en lienzos. Entre algunos de los colaboradores previos se encuentran Olga Zuno, Alex Siordia y Tana Gaxiola. Esta última presentó una serie limitada de bolsos con una parte de su obra original en el centro.

    Vero Villarreal es la artista invitada de este año en la iniciativa Cloe Gallery.

    La más reciente colaboradora es Vero Villarreal, una pintora originaria de Monterrey que se inspira en la dualidad entre vida y muerte para presentar una naturaleza caótica. Colores y brochazos espontáneos sugieren una tensión entre lo que se ve y se siente. Esta es de las pocas inicativas en México que busca llevar el arte a un espacio más allá del exclusivo círculo artístico y de diseño. Es un escaparte para cientos de miles de personas.

    ¿La moda puede ser arte?

    Al ver estos ejemplos en que la expresión artística no está divorciada de la funcionalidad viene a la mente el eterno debate sobre si la moda puede considerarse arte o no. Es una cuestión que activa muchas respuestas distintas. Hay quienes no lo consideran como tal porque la moda es un negocio, pero los artistas también tienen que hacer negocio con su arte. Si solo las personas que no necesitaran vender su arte se dedicaran a esto, estaríamos perdiendo voces y discursos indispensables. A veces el lienzo es el frente de un huipil o una camiseta. Tanto en una pintura como en una prenda se comunican mensajes. Las diferencias son el contexto, el acceso y el uso que les damos.

    Una de las idiosincrasias de México es lo brillante de sus colores. Es como si el arte no se diera cabida en un solo rincón, sino que toca toda superficie. Por eso es por lo que nuestra indumentaria y nuestras costumbres conservan un legado extenso de expresiones personales y comunitarias. Y ojalá así se mantenga.

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