Harris Reed continúa reinterpretando los códigos de Nina Ricci con un toque extrovertido y potente.
No es ninguna casualidad que Colin Jones abriera la pasarela de Nina Ricci. La modelo y mujer trans se robó las miradas la temporada pasada con su teatral estilo de caminata en el desfile de Maison Margiela. Ella, como Alex Consani (quien lideró el final), son representantes de una nueva visión en Nina Ricci, cuyo director creativo Harris Reed quién abraza la fluidez del género como parte de su identidad y lenguaje.
Sin embargo, Nina Ricci es, fundamentalmente, una de las firmas más femeninas de París. El diseñador británico lo demuestra en cada colección con referencias a diseños del archivo de la casa. En esta ocasión su punto de partida es una imagen de Suzy Parker vestida de Nina Ricci en el Champs Elysées en 1962, fotografiada por Richard Avedon. “Ella está vestida en un vestido ajustado de tweed con un gorro forrado en piel, y usa guantes, pero sus brazos están descubiertos. Se ve segura de sí misma e icónica en esa imagen” comentó Reed.
Su tercera colección para la marca continúa una reinterpretación de los códigos de la casa. Es un guardarropa, sí, pero incluso las piezas pensadas para el día mantienen un sentido de ocasión. Una gabardina con gorro y puños forrados en faux fur probablemente es para días fuera de lo cotidiano. Los sacos llevan solapas anchas y dramáticas.
Pero, así como el espacio del desfile, los atuendos tienen una vibra nocturna. Juegos de trajes bicolor se cortan con escotes más abiertos o con shorts micro, ideales para un concierto. La paleta de colores se concentra en el negro, blanco, azul y rojo (y a veces morado o guinda).
En la colección se notan algunos arquetipos franceses como el vestido de polka dots o el smoking. También reaparecen los moños, pero esta vez más angulares y rectos, como si salieran de alguna fotografía de Jean-Paul Goude y Grace Jones.
Recientemente Harris Reed se reubicó en Francia, balanceando el trabajo entre su firma homónima y Nina Ricci por lo que se comienza a familiarizar con el francés, tanto el idioma como su estilo. Lo emocionante de su visión es la forma en que celebra una belleza distinta. Todavía está encontrando el ritmo en Nina Ricci, pero sin duda se está divirtiendo y la emoción es contagiosa.
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