La intérprete inició su gusto por las historias en la librería de sus abuelos
Raquel Robles se dice emocionada por platicar con Marie Claire sobre su nueva serie La Muchacha Que Limpia. Incluso le contó a su familia que tendríamos esta plática; en su casa todos la leen, de hecho se emocionaron de saber que estábamos de regreso.
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Su voz joven, pero muy segura, nos acompaña por la carrera que ha ido forjando y que comenzó en su imaginación cuando las historias de los libros de sus abuelos la hacían actuar grandes personajes.
Leí que tus abuelitos tenían una librería. ¿El storytelling se convirtió en algo esencial para ti a la hora de aceptar o de tomar personajes, debido a la cercanía que tenías por la lectura?
Sí, yo creo que, a la hora de tener a los abuelos con la librería y a mamá que leía mucho, todo era basado en historias. Para mí, el ver la historia de un personaje y saber todo su universo, se hace entretenido e increíble, como una razón más para estar en el proyecto. En lo personal tiene mucho peso, saber la historia por completo y me encanta poder haber entrado en este universo que es la actuación, que sí empezó por esa Raquel niña que veía historias en libros.
Te lo pregunto justamente porque siento que La Muchacha Que Limpia tiene mucho storytelling. Mucha gente que me ha hablado acerca de ella, me la cuentan muy bien. No todas las series son tan detalladas.
Es verdad. No es por comparar, he trabajado en otras producciones, pero siento que a veces puedes divagar. La Muchacha Que Limpia es como un universo en combinación con otros universos. Es el del crimen, de los feminicidios, temas que no se pueden disfrazar. Es una realidad, es lo que está pasando en el mundo, no solamente en México. Esta historia nos deja que sea contada en cualquier parte del mundo, porque siento que son temas de esta realidad y que no los puedes disfrazar. Es un universo en concreto.
Cuéntanos un poco sobre tu personaje en la serie y qué ha significado para ti.
María es la niñera de la casa de los Valladares y a diferencia de Rosa, que tiene otro trabajo, cuida al más pequeño. Yo creo que tiene mucha inocencia y mucho juego. Esto le permite ser una niñera. Sonia su patrona, que es interpretada por Ana Layevska, llega y le pregunta si le gustaría hacer un casting. Evidentemente el objetivo de Sonia no es precisamente cumplir los sueños de María, pero aún así ella sueña un poco con este universo que ve en la casa, un poco más fancy, lleno de emociones. En la serie los detectives lo marcan mucho cuando dicen que todas quieren ser modelos, pero más allá de eso, porque yo creo que hay mujeres que no quieren, es esa ilusión del mundo del modelaje, del brillo, que te puede deslumbrar.
¿Cómo llega la invitación para La Muchacha Que Limpia?
Mediante un casting. Me habló Florencia Guaidó, que fue la encargada de casting, con la que yo ya había trabajado en el proyecto de Julio César Chávez. Me invita y me dijo cómo lo tenía que hacer, todavía era presencial en ese momento, entonces fui y en el casting me llamó la atención que estaba Daniel Posada, el showrunner de esta serie. Me hablaba desde el primer contacto, todos lo hacía, era como si desde el principio quisieran un contacto con el actor. Me acuerdo que a Daniel le gustó mucho mi trabajo. Después me marcaron, hicimos pruebas, ensayos y me avisaron que era la elegida. Desde el primer momento que pude leer todo el guión, esa Raquel pequeña que se interesaba en libros dijo “este universo y esta historia y este libro, son para mí».
En ese primer momento, ¿cuál era la importancia de hacer la serie?
Yo creo que es lo que más remarco, saber que estos personajes vienen de la vida real. Más que solo contarla, es pensar que nosotros hemos creado esta realidad, ¿cómo podemos cambiarla? Todo empieza en verlo. Lo primero que tenemos que hacer, o lo primero que se debe hacer cuando hay una problemática, es ver que sí existe, no negarla. Si nosotros hemos creado esta realidad, ¿cómo podemos empezar a cambiarla y hacer algo diferente? Estamos en este mundo y este mundo es de todos. Si estamos aquí y somos creadores de todo, podemos cambiarlo.
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