Sueños hechos alta costura…
La siempre estelar Semana de la Alta Costura ha culminado en París y en ella nos regocijamos con el escapismo, la belleza y un aire artístico y hasta teatral en los atuendos.
De Schiaparelli a Valentino la sensación y la tendencia fue dejar al espectador con un perenne boquiabierto, pues cada alucinante presentación, cada atuendo, cada detalle nos robaba las palabras, nos quitaba el aliento y nos llenaba de ilusión.
Schiaparelli
En Schiaparelli de Daniel Roseberry hizo una exégesis sobre la virtud del diálogo: entre arte y moda, pasado y presente. Se suponía que la colección era la segunda de una trilogía de espectáculos inspirada en la Divina Comedia.
La primera parte, que tuvo lugar en enero, se basó en «El Infierno», por lo que ésta habría sido «Purgatorio», pero en el último minuto, Roseberry cambió el título a «… y los artistas» para evitar cualquier mala interpretación a la luz de los acontecimientos actuales en Francia, en referencia a las protestas civiles por la muerte del adolescente Nahel Merzouk.
Continuando en la moda vimos sedas en tonos ceniza, drapeadas como una nube contornando los hombros. Se percibió la inclinación de Elsa Schiaparelli por los artistas, lo que la llevó a su propio estampado artístico combinando obras de Yves Klein, Lucian Freud y James Whitten en diferentes atuendos.
Vimos cuellos negros que se arruchaban alrededor de los hombro, batas blancas perfectamente cortadas; accesorios de madera apilados sobre partes bronceadas del cuerpo; (envueltas en una base en tonos joya) puffers de ópera de felpa y trajes cubiertos con mosaicos espejados.
Dior
Dior por Maria Grazia Chiuri fue una reflexión sobre la antigüedad griega y romana, la diosa que hay en cada mujer surge impetuosa con un feroz rigor en su expresión como una suma sacerdotisa que con su armadura insinúa en paralelo la sobriedad y el recato.
Mediante una paleta de colores neutros (marfil, arena y negro), fueron superpuestas capas cortas en la parte delantera y trasera, las cuales en cambio se extendían hasta el suelo a los lados sobre vestidos tipo peplo.
Mallas metálicas tejidas que desde lejos parecían macramé y micropaillettes salpicados con diminutas perlas, como rodamientos de bolas en miniatura, todo en conjunto muy glamurosos y sobrio.
Iris Van Herpen
Iris Van Herpen pudo haber mostrado lo que parecía ser el guardarropa de la corte real en alguna luna lejana, minivestidos biónicos y gasas iridiscentes que flotaban alrededor del cuerpo combinando el 3D printing con la confección artesanal de la alta costura.
Sin embargo su inspiración no se asimila a la ficción pero a Oceanix la ciudad flotante que se planea construir en Corea Del Sur. Esta visión utópica que ahora es realidad inspiró a Van Herpen es su capacidad para imaginar su camino hacia un futuro extraordinario, como expresan los fragmentos de abulón cubiertos de silicona e incrustados en el corpiño de un marinero.
Chanel
Entre contrastes y equilibrio, la colección de Alta Costura Otoño-Invierno 2023/24 de Chanel por Virginie Viard fue el retrato de una parisina sensible pero audaz. De acuerdo a la diseñadora: «Jugar con los opuestos y los contrastes, con la simpleza y la elegancia, es como pararse en una línea entre fuerza y delicadeza, que en CHANEL es a lo que llamamos ‘allure'».
Thom Browne
El pasado lunes en París, Thom Browne alcanza un nuevo nivel: La alta costura. Proponiendo de manera efectista como su autóctono traje gris merece el mismo estatus mítico que el traje bouclé de Chanel o el YSL Smoking o el Dior Bar y honrando así sus raíces culturales estadounidenses con un tono global muy New York; ganó un digno y merecido lugar en el escenario de la Alta Costura.
En el Palais Garnier, ahora sede del Ballet de la Ópera de París, frente a una audiencia de 2000 caballeros de cartón con trajes grises sentados en la orquesta, hasta el techo de Chagall (la audiencia real se sentó entre bastidores) junto con palomas falsas que se posaban aquí y allá, comenzó una historia basada en la canción de 1980 «Fade to Grey». Así asistimos a 58 iteraciones de gris y prepster, cada una más intrincada y referencial que la anterior.
Se destacaron mosaicos grabados en lingotes de oro con estampados inspirados en Cape Cod. Vimos infinidad de siluetas, algunas más simples, hombros pequeños, rectángulos, delgados, otras más complejas, de formas de campana moldeadas extravagantes y exageradas, lo único no gris; dos vestidos color crema y la novia quien al final, desfiló un sencillo vestido camisero de gasa blanca con una cola muy larga.
Balenciaga
Imposible de ser cancelada, Balenciaga mostró la «alta costura casual». Denominada así por su diseñador Demna quien apuntó que esta es: «alta costura que no se ve». En sus atuendos, el diseñador quiso pasar a segundo plano sin protagonismo y mantuvo como enfoque en sus creaciones el construir un puente entre el pasado, presente y futuro.
El desfile abrió con un vestido de alta costura, réplica de terciopelo negro de Cristóbal Balenciaga. Fue usado por la exquisitamente elegante Danielle Slavik, quien originalmente lo modeló para el mismo Balenciaga.
Grace Kelly lo encargó, con su collar de perlas integral, para su 40 cumpleaños. Y aunque vimos muchos zapatos de punta extendida que sobresalen de pantalones, jeans y vestidos, éstos eran verdaderamente hermosos y fieles a la mágica estética de la histórica marca.
Jean Paul Gaulthier
El experimento Jean Paul Gaultier sigue funcionando al invitar cada temporada a un diseñador nuevo a colaborar; esta vez la luz le tocó al Sr. Dossena (también conocido como director creativo de Rabanne, anteriormente Paco Rabanne) quien hizo referencia a una serie de Gaultier-ismos.
Como marinières al mismo tiempo se inclinó en colecciones menos conocidas como el espectáculo Concierge de primavera de 1988 en busca de inspiración; el resultado impresionantes cotas de malla con delantales florales, capas de vestidos bordados transparentes sobre monos transparentes de trompe l’oeil (completos con merkins con cuentas), abrigos rabínicos decorados y una versión de bricolaje de una «multitud de personajes» inspirándose en el día a día.
Armani Privé
Armani Privé fue una oda de ensueño a la rosa en terciopelo, con destellos resplandecientes, lentejuelas y gasa. Lo mas destacado fue un sencillo vestido de terciopelo negro de manga larga, sin espalda excepto por un collar de rosas rojas. Las rosas hechas en 3D y chiffon transmitieron sentimientos muy opera-esque.
También vimos bordados frágiles en trémulos vestidos transparentes, siluetas completamente empapadas en llamativas lentejuelas rojas, bastante sastrería de esmóquines y perlados para combinar con chaquetas. Simplemente muy elegante.
Valentino
‘Simplicity’ y ‘Paradoxes’ fueron los dos impulsores conceptuales que enmarcaron la colección de alta costura del Valentino de Pierpaolo Piccioli, celebrada en los grandes terrenos del Château de Chantilly. Los vestidos hechos de una sola pieza de tela, torcidos en la cintura, hacían parecer todo ingrávido.
El punto era cambiar la jerarquía de la estética. La paradoja era mostrar la colección en un castillo, sin embargo todo pasó a segundo plano cuando la pasarela comenzó: Vimos drapeados, vestidos de columna y túnicas confeccionadas con técnicas engañosamente simples de corte al bies y drapeados suave.
Capas con capucha se convirtieron en «mantos de madonas modernas», corpiños con recortes que dejaban al descubierto la piel y se extendían en nudos retorcidos hacia el rostro enmarcándolo.
Un hermoso vestido blanco en cachemir y terciopelo, con un dobladillo asimétrico en la parte posterior. Una colección perfecta, incluso los jeans (al parecer ahora todos necesitan jeans de alta costura) se vieron de ensueño.
Fendi
Fendi por Kim Jones se basó en la teoría que menos es más. Drapeados en abundancia variando entre tonos marmoles, rojos y negros, el apasionante estilo para el cuerpo de la mujer Fendi al cubrir la silueta femenina con textiles unicolores es lograr una sensualidad atávica para nada obvia, no provocada. El desfile fue sublime y un tanto estoico pues las confecciones pasaron de lo teatral a la perspectiva particular de la confección de cada atuendo.
Viktor & Rolf
Y para culminar como lo expresaron Viktor & Rolf, literalmente, en una colección del 30 aniversario, presentó un recorrido relámpago a través de sus conceptos de espectáculos anteriores, todos rehechos en forma de trajes de baño con mensajes diferentes y de esta manera es el que nos deja un resumen de la semana de alta costura que fue «Dream On»!.
Una vez más, la Semana de la Alta Costura volvió a desplegar sueños entre tejidos y propuestas que marcan statements.
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