Siete veces, Fernanda Castillo

La actriz nos muestra su amor al teatro, a su familia y a la vida, en esta portada digital de Marie Claire

El pasado mes de marzo, Fernanda Castillo se convirtió en la protagonista de la obra de Alan Estrada, Siete Veces Adiós, un musical que nos habla del amor, de todo aquello que lo rodea, y de cómo los seres humanos debemos recibirlo.

Fotografía: Carlos Ruiz
Dirección General: Gerard Angulo
Dirección y Estilismo: Sergio Valenzuela
Asistentes de modas: Mary Lizbeth Pérez y Yessica Salas
Makeup: Vicente Montoya para Sisley París
Hair: Gerardo Pinto
Agradecimiento: House of Kirschner y Galerie Philia

En entrevista, donde le hicimos siete preguntas relacionadas al amor, la intérprete nos compartió que esta puesta en escena es simplemente algo que estaba destinado para ella. Desde el hecho de tener una enorme amistad con Alan, hasta la forma como ella conecta con la música.

«Esta obra tiene un flechazo conmigo muy especial», me dice, «hace 23 años compartí un escenario con Alan, y desde ese momento nos convertimos en amigos, hicimos Hoy No Me Puedo Levantar juntos, hemos hecho novelas, películas, somos amigos desde siempre».

Fernanda también aclara que aunque en este musical ella no canta, los músicos tienen un peso muy grande en escena, lo que la hace una experiencia digna de presenciar.

Estás estrenando Siete Veces Adiós, con mucho éxito, y por el tema que aborda la obra me gustaría preguntarte algunas cosas sobre el amor. ¿Cómo lo expresas a los demás.

Estando, lo más que puedo, siendo un medio de certeza para ellos, escuchándolos. La manera más rica, me parece, de expresar el amor, además de los cariñitos, es estar en sus vidas, que se vean a sí mismos como lo que son y no una versión distorsionada que usualmente tenemos de nosotros mismos, que puedan ver su luz y su potencial, a través del reflejo que les da mi amor.

¿Y a ti misma?

Dándome tiempo, he aprendido eso muy tarde, antes me costaba muchísimo trabajo, pensaba que la única forma de expresarme amor era trabajando por los sueños que yo tenía y consiguiéndolos, y conforme he crecido y madurado me he dado cuenta que también tengo que darme espacio para disfrutar de los momentos que estoy pasando, buenos o no tan buenos, pero darme esa presencia que le doy a los demás, estando en el presente, disfrutando de las cosas que me pasan. No sólo dándome tiempo para darme un masaje o un cariñito, para cuidarme y hacer ejercicio, sino de verdad para observarme y conocerme, ¿no?, siento que esa es la manera más potente de darme amor, conectando con uno mismo.

¿Ha cambiado tu perspectiva del amor maternal, ahora que tienes familia?

Ahora lo conozco. De verdad que hablar del amor de madre sin serlo es un imaginario, es una utopía que no hay manera de explicar, ni reproducir. A mí me ha transformado ser mamá, me ha impulsado a ser la mejor versión para mí y para mi hijo, es algo que me hace sentir todo el tiempo con esta adrenalina de estar viva, y de poder estar con él, pero nunca pensé que fuera a ser así, ni que fuera a disfrutarlo tanto, estoy pasando el mejor momento de mi vida porque estoy aprendiendo de él y a verme a mí a través de sus ojos.

En este momento, por la obra, que está en cartelera los viernes a las 9 p.m., los sábados a las 5 y 8 p.m., y los domingos a las 5, seguramente estás muy ocupada, pero, ¿qué era lo que normalmente hacías los domingos?

Los domingos eran días exclusivos para Liam, para estar con él, para disfrutarlo, ahora es un sacrificio grande, el tenerlo que soltar esas horas que me voy a función, pero siento que también es un ejemplo para mi hijo, yo quiero enseñarle que hay que luchar para hacer las cosas que soñamos, y que le hacen bien a los demás, y a mí me emociona ser actriz y contar historias, y quiero que él también disfrute mucho lo que quiera hacer en su vida. También ha sido un proceso muy bueno enseñarle esto, muchas veces me lo llevo al teatro, para que conozca donde se mueve su mamá, pero también ha sido un proceso de separación, de alguna manera de algunas horas, que le enseña que debemos hacer lo que nos hace felices.

¿Cómo le expresas amor a tu profesión?

Eligiendo bien. Con forme pasan los años la fórmula es más clara, debo hacer las cosas que me mueven el alma. Hacer las cosas que leo y siento que no podría dejar de hacer, con el mismo profesionalismo o la misma entrega, o la misma pasión que lo he hecho siempre, pero eligiendo muy bien, entre mi vida de pareja y de ser humano, que antes no lo hacía, porque era muy workaholic, ahora estoy tratando de buscar un balance, pero honro mi carrera seleccionando los proyectos en los que mi voz sea más potente, para poder decirle a la gente lo que el proyecto quiere decir o lo que yo quiero decir, tratando de no abarcar tanto, a lo mejor haciendo menos, pero con la calidad que se merece el público.

Siete Veces Adiós va a participar en la sección musical de Los Metro, por ello me gustaría preguntarte, ¿qué tanto peso tiene en tu vida la música en el día a día, cantas en la ducha?

He cantado toda la vida. Cantar es una forma de expresión para mí, he hecho muchos musicales, en este no canto, pero en otro sí. Es una expresión muy clara que tenía desde muy chica, a mi hijo le fascina la música, desde que es muy bebé, desde la panza, le poníamos diferentes tipos de música, su canción favorita es de Los Fabulosos Cádilacs, así que tú me dirás, eso, más las canciones infantiles que yo coreo todo el tiempo, le canto para dormir desde que es un bebé. Siento que la música nos amplía el mundo, y nos amplía la sensibilidad así que es algo que estoy tratando de enseñar a Liam. En la regadera no canto tanto, pero canto cuando estoy feliz, cuando estoy triste, siento que es una manera de expresarme que entiendo muy bien, que hago desde muy chica, y que me conecta conmigo misma. Hace que afloren todos mis sentimientos. Yo inicié esta carrera porque quería hacer musicales, la vida me ha llevado por otro lado, pero es de las cosas más latentes de mi vida.

¿Cómo definirías a tu familia y qué momento en su historia te ha sorprendido más?

Siento que somos como una esfera en búsqueda, somos como una esfera de nieve, vamos rodando juntos, aprendiendo, conociendo. Siento que somos una familia que se emociona de aprender el uno del otro. Creo que Erick y yo estamos muy agradecidos por compartir la vida con este niño, y al mismo tiempo nos vamos descubriendo como seres humanos, y lo que queremos dejar en el mundo. Somos una familia joven que está buscando ser la mejor versión que puede ser. Y la llegada de Liam fue la que más nos ha sorprendido, tuvimos un proceso de salud complicado de mi parte, y restablecernos como familia nos ha hecho valorar y agradecer desde otro lugar el tenerlos, tener la vida, y darnos cuenta que esos momentos que damos por sentado, que son difíciles de la crianza o del ajuste de tener un bebé nuevo en casa, los hemos disfrutado más por haber tenido ese momento de dolor que nos hizo entender que tenemos la vida prestada.