Recuerdo cuando usar un bra sin relleno era casi un acto revolucionario. Cuando los pezones marcados bajo una camiseta blanca eran sinónimo de algo «fuera de lugar». Cuando mostrar un poco de más era interpretado como demasiado.
Hoy, Kim Kardashian —esa empresaria que domina el algoritmo y el deseo en partes iguales— vuelve a mover las reglas del juego con su nuevo lanzamiento: un sujetador con piercings falsos.
Sí, leíste bien. Piercings falsos. En los pezones. Y no, no es una broma. Es moda, estrategia y un poco de picardía vestida de microfibra.
¿Puede un sujetador ser una declaración?
Con SKIMS, la ropa interior dejó de ser ese secreto escondido bajo capas de ropa. Se convirtió en un gesto. En una forma de contar quién eres sin decir ni una palabra. Y el Ultimate Pierced Nipple Bra lo grita sin voz: soy sexy, soy libre, y no necesito pasar por el dolor para expresarlo.
Es un sujetador que no disimula. Que aparece en escena con aros ocultos, espuma sutil y una joya removible que simula un piercing. ¿La idea? Que se note. Que se vea. Que no necesites una aguja para sentir el ouch de la atracción.
La campaña: una fantasía de bar, miradas y actitud
Para el lanzamiento, SKIMS apostó por una campaña visual dirigida por Mick Kelleher —conocido por capturar la sensualidad femenina desde una lente cinematográfica— en la que una mujer entra a un bar y detiene el tiempo. No dice mucho, pero sus pezones sí.
“Ser mujer ya tiene bastantes cosas dolorosas”, dice la protagonista mientras se desliza hacia la barra. “Siente el Ooo sin el ouch’, concluye, antes de dejar a todos boquiabiertos. La escena es teatral, sexy, descarada. Una coreografía de miradas, actitud y doble sentido que convierte al sujetador en protagonista absoluto.
Y es que, como todo lo que toca Kim, esto no se trata solo de ropa interior. Se trata de conversación. De impacto cultural. De una mujer redefiniendo, una vez más, lo que significa ser sexy bajo sus propios términos.
Lo íntimo ya no es discreto
Vivimos en una era en la que mostrar se ha vuelto el nuevo misterio. Y tal vez, en esa paradoja, está el verdadero atractivo de este diseño. Porque no busca agradar, sino encender algo. Un suspiro, una ceja levantada, una sensación de ¿es real?. Es un juego entre lo que es y lo que parece. Entre lo íntimo y lo exhibido. Entre el deseo y el poder.
Después de todo, ¿cuántas veces hemos fingido seguridad o incluso una sonrisa? Fingir un piercing suena, por primera vez, honesto.
El arte de sugerir sin pedir perdón
Kim sabe que no todas queremos perforarnos, pero muchas queremos jugar. Con nuestro cuerpo, con nuestra imagen, con lo que se supone que debería ser una prenda íntima. En tonos como Clay, Sienna y Onyx, este bra no solo se adapta al cuerpo, se adapta a la conversación: la de una nueva feminidad que no le teme a incomodar.
Porque tal vez lo verdaderamente revolucionario no es mostrar el pezón. Es hacerlo con humor, con diseño, con libertad. Y sí, con un poco de drama Kardashian.
¿Quién dijo que un bra no puede ser joya?
Más allá de lo visual, el nuevo sujetador de SKIMS responde a una tendencia que lleva tiempo asomando: joyería corporal sin compromiso. Piercings falsos, tatuajes temporales, adornos removibles… Todo forma parte de un juego estético que permite experimentar sin consecuencias.
El Ultimate Pierced Nipple Bra es, en esencia, eso: una fantasía de empoderamiento íntimo. Una pieza diseñada para ser vista, admirada y quizás hasta comentada.
En una época donde lo sexy está dejando de ser sinónimo de incomodidad, este sujetador se ubica en la delgada línea entre provocación y autocuidado. Una lencería que se atreve, pero sin hacer daño.
Porque a veces no se trata de lo que llevas puesto, sino de cómo lo llevas. Y si puedes sentirte sexy, libre y poderosa sin un solo pinchazo, ¿por qué no hacerlo? Kim lo sabe: la verdadera revolución está en los detalles… incluso si son piercings falsos.
