Cuando las piezas despiertan de un sueño profundo para contar su historia.
La exhibición actual del Costume Institute del Museo Metropolitano de Nueva York consiste en una inmersión sensorial: «Sleeping Beauties: Reawakening Fashion», la cual se abrirá al público el 10 de mayo.
La exhibición nos ilustra sobre el concepto del refinamiento y exquisitez de la moda, así como de su delicado cuidado. Se trata de entender, contemplar y alabar piezas por medios alternos al vestirlas o admirarlas.
Descubriendo «Sleeping Beauties: Reawakening Fashion»
Andrew Bolton, curador a cargo, y su equipo están intentando crear una especie de sinestesia (una condición neurológica en la que la estimulación de una vía sensorial conduce a experiencias involuntarias) a través del olfato, el sonido y la vista.
Algo que nunca se ha permitido en un museo es poder tocar y sentir, las obras de artes. El tacto es de primordial importancia tanto para los usuarios como para los diseñadores en entender un atuendo, pero es un sentido negado en los museos para la protección de los objetos que mantienen en fideicomiso a perpetuidad.
El contacto físico sigue siendo difícil de alcanzar en esta exhibición, pero lo innovador sin lugar a dudas es que se han creado micro espacios donde puedes tocar la textura y entender su estructura y confección y compararla con réplicas miniaturas (vestidos Dior hechos en impresión 3D para ayudar al público entender el toque sensorial).
La naturaleza es uno de los temas más presentes y más conmovedores de la exhibición. La presentación se organiza en grupos relacionados con tres elementos: Tierra, Aire y Agua, cada uno con múltiples subdivisiones, como amapolas y margaritas, conchas y sirenas.
Matices añadidos plenos de simbolismo de la naturaleza; luego la misma se diluye integrando la tecnología y los elementos sensoriales; en sí la esencia de la historia de la moda.
La sensación del olfato está bajo la batuta de Sissel Tolaas, quien se encarga de capturar paisajes olfativos de varios vestidos y sus musas dandole vida. La heredera y paradigma del chic Millicent Rogers es una de las musas cuyos rastros de olor dejados en su vestido Schiaparelli han sido documentados y están disponibles para que el visitante los huela.
Suena un poco extraño pero son olores que te transportan a una noche, a una época, a una confección y te hacen sentir la elegancia del vestir. Puedes percibir los aromas de un vestido rojo de Dior hecho por Yves Saint Laurent de 1958 y otro de Lanvin hecho en 1923.
El verdadero despertar
La colección embarca 400 años de historia, incluyendo piezas de la época Elizabetana, corsets y la gloria del postguerra con el fashion de muchos Dior, Saint Laurents, Schiaparelly y Givenchy. Hay piezas que fueron rehechas para el show y unas 16 que son tan frágiles que están exhibidas dentro de cubos cristalinos con oxigenación carburizada para su protección
La exhibición presenta 220 piezas, 75 de ellas nuevas. Hay videos, CGI y diversas formas que llevan al visitante a estimularse por medio de la moda. «Sleeping Beauties: Reawakening» – Bellas durmientes re-despertando se aleja de los cuentos de hadas y de Disney.
Mejor dicho, se refiere al despertar de esas piezas que son simbólicas y frágiles en la historia de la moda y que cuentan parte de nuestra historia.
Una chaqueta de McQueen hecha en plumaje en sus espalda con un fondo de Pájaros de Hitchcock se torna el icónico objeto que personifica el despertar de una pieza que ha estado durmiendo, algo que tenemos que ver, que tenemos que entender y vivir así sea por medio de un museo.
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