viernes, mayo 16, 2025
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    Cuando la moda se convierte en manifiesto: tendencias que tocaron el alma FW México 2025

    Entre capas, texturas y mucho volumen, Fashion Week México no solo marcó el ritmo: lo rediseñó desde el alma. México no desfiló: se declaró.

    Dicen que la moda no cambia el mundo… pero nos cambia a nosotras. Y eso, queridas, ya lo cambia todo. Esta semana, Ciudad de México no fue solo un lugar: fue una pasarela viva donde el estilo se convirtió en lenguaje, en grito y en susurro. En esta primera edición del Volvo Fashion Week México, once diseñadores nos recordaron que vestirse puede ser un acto de amor propio, una declaración política o simplemente una forma de decir: aquí estoy, y sí, me veo fabulosa.

    Entre el bullicio de los flashes, el olor a café recién hecho y las miradas que se cruzaban con complicidad desde el front row, algo fue claro: la moda mexicana ya no quiere imitar, quiere provocar. Desde la sastrería que redefine el poder hasta las transparencias que se atreven a mostrar (y a proteger), esta edición fue todo menos tímida. Fue emocional. Fue honesta. Fue un espejo de quienes somos y un reflejo de hacia dónde vamos.

    Porque si algo nos enseñó esta semana es que la moda en México no está buscando pertenecer: está creando su propio universo. Y, spoiler alert: queremos vivir en él.

    La moda se volvió manifiesto. Foto cortesía de @fashionweekmx.

    Tendencias claves de la temporada

    Sastrería: Elegancia del poder, sin esfuerzo (o eso se cree)

    Imagina a la mujer que no tiene que gritar su presencia; basta con que entre en una habitación para que todos la miren. Esa es la esencia de la sastrería que dominó la pasarela del FW México 2025.

    Cortes impecables, blazers estructurados y pantalones que abrazan la figura sin ser opresivos: la sastrería llegó con una dosis de modernidad que grita elegancia sin siquiera levantar la voz.

    Las siluetas de la temporada no se imponen, simplemente existen, como una segunda piel que se convierte en la firma personal de quien la lleva. La moda tiene que ser un poder callado, pero inquebrantable, parece decirnos cada prenda.

    Sastrería que abraza, no impone. Foto cortesía de @raquelorozcog.

    Transparencias: Desnudar lo invisible

    Si hay algo que se destacó, fueron las transparencias. Pero, no las que conocemos, las de siempre. Estas eran más un juego de luces y sombras, una revelación pausada y seductora de lo que está por venir.

    Como una mezcla entre lo etéreo y lo real, las prendas en gasa y organza se movían con una gracia que hacía pensar en cómo, a veces, menos es más. Se trataba de dejar ver lo suficiente, sin mostrarlo todo.

    Transparencias que revelan y protegen. Foto cortesía de @fashionweekmx.

    Tejidos artesanales: El corazón de México en cada puntada

    Aquí está el truco: la moda nunca olvida sus raíces, porque lo que es verdadero siempre vuelve. El trabajo artesanal mexicano, esa riqueza que ha estado bajo nuestros pies durante siglos, se alzó en la pasarela con una reverencia a lo que es genuino.

    Cada hilo de algodón, cada punto de bordado, fue una oda a las raíces. La moda no es solo tela, es un medio para contar historias, y lo artesanal es la forma de hacerle justicia a esas narrativas que nunca deben olvidarse.

    Tendencia con raíz y alma. Foto cortesía de @denissekuri.

    Volúmenes: El juego de espacios y cuerpos

    El volumen es la nueva silueta. Nada de líneas rígidas, aquí todo se expande, se transforma. El volumen se lleva como una declaración de independencia, como si cada capa de tela fuera un escudo para la mujer que camina por la vida sin pedir permiso.

    Las piezas no solo se visten, se viven. Es una llamada a dejar atrás las limitaciones y abrazar todo lo que uno es, de la forma más audaz posible.

    Volumen con intención. Foto cortesía de @raquelorozcog.

    Layering: La moda como segunda piel

    No es solo un truco de estilo; el layering es una filosofía. Las prendas se superponen, se combinan, se convierten en una extensión del cuerpo, como si cada capa estuviera diseñada para mostrar una nueva faceta de quien las lleva.

    Esta técnica se convirtió en el medio perfecto para mostrar cómo las mujeres (y los hombres) pueden jugar con su identidad y su estilo, sin seguir las reglas.

    Capas que construyen identidad. Foto cortesía de @fashionweekmx.

    Flores que empoderan: Naturaleza bordada con intención

    Esta temporada, los motivos florales dejaron de ser románticos y predecibles: se volvieron poderosos. Las flores dejaron de ser adorno para convertirse en emblema. Ya no decoran: representan.

    Desde estampados botánicos reinterpretados hasta aplicaciones en 3D que parecían brotar de la piel, los diseñadores mexicanos nos recordaron que lo natural también puede ser político. Lo orgánico no es débil: es raíz, es poder, es belleza que florece incluso en terrenos difíciles.

    Flores que no decoran, declaran. Foto cortesía de @raquelorozcog.

    Colores vivos

    Los diseñadores mexicanos se deshicieron de la paleta monótona y abrieron la puerta a un torrente de colores que desafían las estaciones.

    Julia y Renata, con su colección Frontera, nos mostraron cómo los estampados florales pueden parecer algo revolucionario, al mezclarlos con la modernidad y las formas geométricas.

    Vaporosidad con fuerza femenina. Foto cortesía de @raquelorozcog.
    El futuro es artesanal. Foto cortesía de @fashionweekmx.

    Este no es el Fashion Week que esperábamos. Y si alguna vez dudamos de la capacidad de México para seducir al mundo, esta edición del FW México 2025 ha dejado claro que lo mejor está por venir. La moda mexicana no solo está en el presente, está liderando el futuro.

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