Con un «mood» muy abstracto, Uma Wang expresó una fuerte corriente subyacente de nostalgia en las pasarelas.
El proceso creativo de Uma Wang fue un estudio lineal del tiempo, empezando por los maestros del Renacimiento a su experiencia cotidiana al dar un paseo por un mercadillo.
En el comunicado de prensa la diseñadora describió muestras de fragmentos del pasado y cómo los dejó fluir hacia nuevas ideas sobre el futuro. Es una dualidad del ayer y del hoy también se trata de hacer un balance después de 15 años en el negocio.
«Todo está conectado», declaró, y agregó: «También quería mostrar que no sólo hacemos vestidos largos románticos; quería avanzar con formas y tejidos que tuvieran una fuerte personalidad. Así que es todo lo que he sido y todo lo que todavía quiero ser».
Uma Wang FW24 en Paris Fashion Week
Si bien hay mucho del pasado esta temporada se enfocó en la silueta, la forma y la ropa. En la pasarela vimos una rica paleta de telas de aspecto exuberante que se trabajó en formas similares a capullos, por ejemplo en abrigos y capas de gran tamaño en negro u oro envejecido.
Se destacaron chaquetas de brocado patinado o camuflaje destruido. La idea de la almohada se manifestó literalmente en un par de números, por ejemplo uno que encabezó una sección de looks en el color burdeos de la temporada. Volvió a surgir en un vestido color chocolate, cuya tela fue trabajada, planchada y arrugada en drapeados que parecían tener una vida propia.
Wang dominó la sastrería que si bien se destacó en formas exageradas lograban un efecto de grandeza que se combinaba con la sobriedad de una mujer en su vida cotidiana de invierno con mucha elegancia.
Nuestro favorito el penúltimo look, donde el abrigo tipo sobretodo de invierno venía decorado con una capa/bufanda y un broche exuberante de flores en su cuello.
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