Pierpaolo Piccioli presenta en Valentino un guardarropa con toques de alta costura y una preocupación por el panorama del feminismo
Las colecciones entre temporadas son dónde Pierpaolo Piccioli traduce sus sensibilidades y amor por la alta costura de manera más cotidiana. Es en estas donde se traducen piezas esenciales a través del lujo y la creatividad. Para Pre-Otoño 2024, Valentino nos recuerda las extraordinarias técnicas de su atelier en Roma.
Sin embargo, esto no es lujo por el simple hecho de serlo. En su última presentación en París, Piccioli habló sobre la situación política y social en Italia, donde las mujeres comienzan a ver los efectos de una mentalidad que las revictimiza. Y ahora, esta colección se presenta poco después de que el feminicidio de Giulia Cecchettin ha sacudido al país. Recientemente el diseñador posteó en su cuenta de Instagram una imagen de las protestas sucediendo en Milán.
Para Pierpaolo, Valentino representa una plataforma en la que no solo exhibe su creatividad y el savoir faire del atelier sino ideas y pensamientos sobre lo que lo rodea. Las intenciones del diseñador italiano son incompatibles con la tendencia del lujo silencioso. Su apariencia conservadora y la discreción van en contra con los ideales de expresión y liberación personal que Piccioli comparte a través de sus creaciones.
La maestría del atelier, en piezas familiares
Hay dos historias en esta presentación que influyen en las siluetas y las decoraciones de las piezas. La sastrería es relajada, con bermudas amplias y sacos oversized. Las camisas se forran con organza para aportar la estructura perfecta.
Una hoodie subvierte la elegancia nocturna al convertirse en un vestido largo complementado, naturalmente, con sneakers, una bolsa crossbody y aros.
Las técnicas de la casa se ven en el intarsia de alto relieve que en la espalda de un abrigo gris ajustado y en bordados y aplicaciones de encaje que elevan vestidos y trajes cotidianos. La piel, un símbolo de estatus social, ahora es anticuada para las generaciones jóvenes. En su lugar, estampados de abrigos de piel del archivo evocan la misma opulencia sin la crueldad. Los vestidos de noche reflejan el romanticismo de Garavani con faldas amplias, tul y olanes.
Es una colección más donde Piccioli muestra sus convicciones. Son prendas que reconocemos pero en una visión distinta. Una fórmula ganadora.
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