Es momento de hablar de este terrible trauma
«Recordar lo que pasó el día que me abusaron me es imposible, aunque sé que pasó y me llegan imágenes, me es muy difícil revivir todo», nos cuenta Beatriz, una joven de 29 años que nos pidió el anonimato para contar su historia, la que nos ayudará a entender si realmente podemos olvidar o sólo superar.
46 mujeres al día son violadas en México, 2 cada hora, muchas de ellas por sus mismos esposos, familiares o amigos. Aunque denunciar no es fácil, enfrentar lo ocurrido muchas veces es peor, no sólo porque estamos hablando de un evento terriblemente violento, sino porque algunas bloquean lo que pasó e intentar recordar es terriblemente duro.
«En mi caso, como era mi novio, algunas autoridades no tomaban en serio lo que yo les decía, y para mí, en ese momento, era muy difícil recordar todo lo que pasó, además sufro ansiedad y me bloqueaba aún más sobre lo que estaba pasando», narra Beatriz, quien además es madre de una niña de 3 años de su abusador.
Lo que mucha gente le recomendaba era meter una denuncia por maltrato y divorciarse, lo que no le daría a él ni un mes en prisión pero sí la liberaría, y después de mucho pensarlo lo hizo, sin darse cuenta que con ello dejaba libre a una persona que podía hacerle lo mismo a otra mujer.
«Eso es de lo que más me arrepiento, de no poder decir todo lo que pasó para que no le vuelva a pasar a alguien más, pero desafortunadamente hay cosas que ya no recuerdo, y no sabría ni por donde empezar», continúa.
Sobre este tema, platicamos con la psicóloga Andrea Martínez, especialista que durante 10 años ha trabajado con mujeres y niñas víctimas de abuso sexual, y que nos comparte que la memoria a veces trabaja como una protección para las personas que han pasado por un trauma, sobre todo para que la vida siga teniendo sentido y puedan salir adelante.
«Claro que se puede bloquear un recuerdo, seguramente tú misma has tenido que hacerlo, porque el trauma que vivimos es tan grande que muchas veces la mente no puede o no quiere revivirlo. Es por ello que todas las víctimas de abuso deben estar apoyadas de un terapeuta, de alguien que las ayude a superar, no a olvidar, sino a reencontrarse desde el amor con su propia identidad», indica.
En el caso particular de Beatriz, y de muchas mujeres que han sido violadas por sus propios familiares, la terapia ayuda a superar, pero también a sanar vínculos emocionales que se convierten en resentimientos o en desconfianza.
«La persona que te debía amar o proteger te abusó, entonces cómo vas a confiar en los demás, en los que vengan, para eso es la terapia, para superar los traumas que te dejó una persona y para que tú misma dejes de sentir vergüenza», comparte la psicóloga.
La negación y la culpabilidad son factores recurrentes en mujeres que han sido abusadas en su edad adulta o en la infancia, por lo que muchas veces bloquean la situación pero hay ciertos síntomas que aparecen y que deben ser identificados por un especialista.
«En ocasiones les toma mucho tiempo darse cuenta o aceptar que se ha sufrido un abuso. El evento puede ser bloqueado por mucho tiempo, y es usualmente la aparición de síntomas como la depresión o los trastornos sexuales lo que llevará a la persona a trabajar sobre su sufrimiento y a aceptar hablar al respecto. Es el primer paso de la curación», reveló.
Hablar acerca del traumatismo, hacer conciencia de esta realidad, es lo más fuerte que puede vivir una persona. La víctima comprenderá la extrema repugnancia que experimenta al admitir que su cuerpo y su espíritu han sido violentados. El deseo a olvidar lo que ocurrió, de jamás haberlo vivido, es tan intenso que tenderá a refugiarse en la negación: «Eso no me pudo haber ocurrido».
Aunque te haya pasado y no quieras hablar de ello con nadie, ni denunciar, es importante que busques a un terapeuta, a un psicólogo que vea por ti y que te indique qué ejercicios debes realizar para salir adelante. Nadie más puede curarte, porque nadie más ha vivido lo que tú, así que te invitamos a no dejar pasar más tiempo y hablarlo con un experto.
