¿Cómo se mide un legado? ¿En metros de tul, en frases bordadas sobre camisetas blancas, en mujeres que dejaron de vestirse para gustar y empezaron a hacerlo para decir? Maria Grazia Chiuri no solo fue la primera mujer al frente de Dior: fue también quien le dio voz propia a una maison que, durante décadas, habló en susurros elegantes.
Nos dio feminismo bordado en telas vaporosas. Nos habló de Virginia Woolf, de Chimamanda, de escenografías que parecían manifiestos y de colecciones que funcionaban como tesis visuales. Convirtió las pasarelas en espacios de protesta silenciosa, donde el cuerpo femenino no se vendía: se celebraba. Cada desfile fue un statement; cada prenda, un gesto político envuelto en encaje.
En el universo de Chiuri, el feminismo, el arte y la artesanía se entrelazan con siluetas que hablan de libertad, fuerza y belleza. A continuación, un recorrido por las colecciones que definieron su visión y sellaron su legado en Dior.
Primavera/Verano 2017 — El debut: We Should All Be Feminists
Su primera colección para Dior no solo inauguró una nueva era en la maison, sino que también dejó claro su manifiesto. Chiuri estampó en camisetas blancas el ya icónico lema de Chimamanda Ngozi Adichie: We Should All Be Feminists.
Lo acompañó con faldas de tul, esgrima, armaduras femeninas y coronas de flores, dando vida a una estética de ninfa guerrera. Fue el primer paso de una narrativa donde la moda no es solo adorno, sino también voz.


Otoño/Invierno 2019-2020 — Gótico renacentista
Una de sus colecciones más teatrales: Chiuri se inclinó por el negro absoluto, los tejidos pesados, las boinas rígidas y los trajes sobrios. Fue una oda a las mujeres intelectuales y revolucionarias, aquellas que incomodan y transforman. Con vestidos como armaduras y siluetas que sugerían monasterios y misterios, propuso un nuevo barroquismo con un tinte rebelde.

Otoño/Invierno 2020-2021 — La belleza femenina es un ready-made
Bandanas en la cabeza, chaquetas sastre, capas y corsets: la pasarela se convirtió en un tablero de ajedrez donde convivían la rebeldía y la elegancia. Con una paleta de rojos intensos, nude, negro y gris, la diseñadora propuso un vestuario para una heroína indómita.
El resultado fue una síntesis entre la historia y la modernidad, donde el empoderamiento se tradujo en forma y tejido.


Primavera/Verano 2023 — La dualidad de las clases sociales
Esta colección exploró los arquetipos femeninos desde la historia: campesinas medievales, musas renacentistas y mujeres aristocráticas. Con corsets suaves, faldas voluminosas, tejidos ligeros y colores empolvados como el rosa palo, el blanco o el verde agua, Chiuri creó un desfile que parecía sacado de una pintura antigua. Las cinturas falsas y los drapeados escultóricos le dieron una estructura neoclásica al romanticismo.


Colección crucero 2023 — Sevilla: el flamenco como arte mayor
Bajo la luz de Andalucía, Dior se dejó seducir por la fuerza de lo español. Con batas de cola, lunares, mantones y volantes reinterpretados, Chiuri rindió homenaje a la cultura flamenca, colaborando con artesanos locales. Más que apropiación, fue una carta de amor a la identidad, al ritmo y al orgullo de una tierra donde la feminidad se lleva con garra.


Colección crucero 2024 — Ciudad de México: hilos de historia
En esta ocasión, la inspiración vino de la riqueza textil mexicana. Bordados, flores, rebozos y referencias a Frida Kahlo se mezclaron con la silueta Dior clásica. Fue una pasarela llena de símbolos: del sincretismo cultural, de la sororidad, del poder de las raíces. Una vez más, Chiuri usó la moda como puente entre culturas, como lenguaje común.


Primavera/Verano 2025 — Renacimiento punk
La feminidad se volvió punk. La diseñadora fusionó siluetas del Renacimiento —corsets, mangas globo, estructuras arquitectónicas— con códigos punk: transparencias, botas, plumajes y una actitud desafiante. Flores bordadas convivieron con mallas y encajes, en un desfile que hablaba de belleza, contradicción y libertad.


Otoño/Invierno 2025-2026 — Un diálogo plural con la historia de la moda
Volvemos a París y a sus símbolos: boinas, vuelos, corsets, blusas blancas y faldas voluminosas. Con una paleta que oscilaba entre el negro, el gris y el carmín, Chiuri tejió un relato sobre la elegancia clásica desde una óptica femenina y moderna. Fue un homenaje al estilo francés desde el empoderamiento, sin caer en clichés.


Colección crucero 2026 — Roma: vuelta a casa
La colección más reciente de Chiuri llevó a Dior a Roma, su ciudad natal. Entre mármoles y ruinas, la diseñadora creó una colección que parecía un mosaico de su propio legado: túnicas, drapeados, togas reinterpretadas, sandalias de cuero, bordados dorados. Fue una síntesis de su visión: femenina, histórica, cultural. Y también una afirmación de identidad —porque, para Chiuri, el cuerpo de la mujer nunca es neutro, siempre es político.
Maria Grazia Chiuri no solo ha vestido a mujeres, las ha empoderado. Ha llevado la moda al terreno de lo simbólico, lo intelectual, lo colectivo. Ha colaborado con artistas, escritoras, bordadoras y pensadoras. Y sobre todo, ha convertido a Dior en una plataforma para contar historias desde lo femenino, lo artesanal, lo ético.
Su legado es tan estético como ideológico. Porque, como bien lo dijo desde su primera colección: We should all be feminists —y ella, desde las costuras, ha sabido mostrar por qué.