Así como cuidamos de nuestro físico, también debemos procurar nuestros pensamientos…
El tema de la salud mental se ha vuelto fundamental en las conversaciones cotidianas. Cuidar nuestra mente beneficia nuestro desarrollo y previene problemas de salud que podrían tornarse irreversibles.
Contamos con diversas herramientas, como podcasts, centros de meditación, psicólogos y terapias, que nos ayudan a regular nuestros pensamientos. Sin embargo, para motivarnos a incorporar estos hábitos en nuestra rutina, es crucial entender las repercusiones que tienen en nuestro cuerpo.
Conexión entre mente y cuerpo
El camino que une la mente y el cuerpo es extenso y complejo, involucrando disciplinas como neurociencia, psicología y medicina para comprender con precisión su interacción.
Esta relación se conoce como conexión psico-neuro-inmunológica. Influyen también nuestras emociones y experiencias de vida, desempeñando un papel crucial en nuestro bienestar.
Diferentes factores psicológicos afectan directamente nuestro físico, y a su vez, nuestro cuerpo impacta en nuestro estado mental. Estamos formados por un complejo sistema nervioso que conecta todas las partes de nuestro ser para su correcto funcionamiento.
¿Por qué los pensamientos afectan mi cuerpo?
Nos encontramos constantemente inmersos en nuestra mente y es inevitable experimentar momentos en los que nos vemos envueltos en pensamientos negativos. No obstante, permanecer continuamente en este estado mental provoca una pérdida de energía y nos debilita para el resto de nuestras actividades diarias.
En ocasiones, no somos conscientes de que estamos en una conversación interna negativa. Imaginamos escenarios tan pesimistas que generan niveles significativos de estrés que impactan directamente en varios de nuestros órganos.
Como mecanismo de defensa, a veces tratamos de anticipar cualquier posibilidad que pueda salir mal. Sin embargo, nos sumerge en un ciclo sin fin que se convierte en pánico o terror frente a situaciones que, en ocasiones, ni siquiera llegan a materializarse.
¿Cómo afecta mi mente a mi cuerpo?
Estudios demuestran que el estrés crónico puede aumentar el riesgo de enfermedades cardíacas y diabetes, obstaculizando la capacidad de nuestro cuerpo para sanar, ya que el sistema inmunológico se ve afectado por las hormonas del estrés.
Otro aspecto crucial es la ansiedad, a menudo asociada con incomodidad y molestia. Sin embargo, es parte de nuestro estado psicológico y es necesaria para la supervivencia.
Es común que en situaciones estresantes, la primera parte del cuerpo afectada sea el estómago, experimentando dolor abdominal debido a la conexión de los nervios gastrointestinales.
Sentir ansiedad es normal, pero se convierte en un problema cuando permitimos que nuestra mente permanezca en un estado constante de preocupación, generando malestares como dolores de cabeza, migrañas y problemas estomacales.
Casi todos hemos experimentado problemas de salud mental, afectando nuestra capacidad para relacionarnos con el mundo. Estos son sentimientos que debemos aprender a gestionar.
Es esencial tener precaución cuando vivimos con dolor e incomodidad todo el tiempo, no solo en situaciones específicas, sino en nuestra vida diaria. La calidad de vida mejora al implementar diversas técnicas para calmar la mente.
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