sábado, noviembre 23, 2024
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    ¿Deberías evitar tomar agua durante las comidas?

    Existen muchos mitos y verdades alrededor del agua, la fuente de vida y energía, que pueden influir en nuestra forma de comer.

    ¿Has escuchado demasiadas veces: “Si bebes agua mientras comes, ya no tendrás hambre” o “No es bueno para la digestión tomar agua con las comidas”? ¿Qué pasa con estos consejos de salud? A continuación, te compartimos lo que debes saber sobre el poder del agua para que disfrutes todas tus comidas.

    Sin poner en duda la necesidad de hidratarse, persisten ciertas ideas preconcebidas sobre cómo el agua diluye los alimentos, corta el apetito o da una sensación de saciedad más rápidamente. Sin embargo, estos consejos no se basan en ninguna evidencia científica.

    “Todos estos prejuicios sobre el agua provienen de la idea de que ocupa espacio en el estómago”, explica Laetitia Knopik, dietista-nutricionista.

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    La ciencia del agua en nuestras comidas

    Desde que la ciencia descubrió la existencia de los jugos digestivos, surgió la creencia de que el agua los haría menos eficaces al diluirlos. Sin embargo, ningún estudio ha demostrado que esto sea cierto: “El estómago adapta su producción de ácido al volumen y a la naturaleza de su contenido”, dice Knopik.

    Más específicamente, “la degradación de los alimentos proviene de enzimas que descomponen los nutrientes, y el agua, al no ser energética, no frena su producción ni interfiere con lo que sucede en el estómago”, continúa la dietista. Los jugos digestivos aseguran la descomposición química de los alimentos, permitiendo una digestión normal.

    ¿El agua me produce hinchazón?

    No. El rumor de que el agua causa hinchazón es infundado. El estómago hinchado corresponde a una acumulación de gases en el intestino y no a una ingesta excesiva de agua durante la comida. “El agua es absorbida rápidamente por el estómago y llega rápidamente a la primera parte del intestino delgado”, indica Knopik. Por lo tanto, no se puede culpar al agua sin gas por estas dolencias, aunque el agua con gas “podría causar molestias a algunas personas”, precisa.

    “La falta de hidratación puede perjudicar la digestión”, menciona la especialista. Además, la forma de comer (velocidad y masticación) es más probable que cause hinchazón. “También puede deberse a una patología, pero en general es mejor preguntarse ‘¿cómo como?’ porque probablemente el problema sea mecánico”, añade.

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    ¿El agua me quita el apetito?

    ¿A quién no le ha pasado que sus padres les decían que no tomaran agua en la comida porque se llenarían? Puede que no estuvieran tan equivocados, pero tampoco acertaron del todo.

    “Es posible que sientas menos hambre, pero solo dura unos minutos mientras pasa el agua”, continúa Knopik. El agua carbonatada fluye más lentamente por el cuerpo, a través del tracto digestivo.

    Un estudio publicado en 2015, realizado con 84 adultos divididos en dos grupos, podría cuestionar esta afirmación. A un grupo se le pidió beber 500 ml de agua 30 minutos antes de la comida principal y al otro, imaginar que tenían el estómago lleno antes de comer. Conclusión: el grupo que bebió agua perdió 1,2 kg más que el otro. Sin embargo, es importante no “mentalizar” demasiado este efecto, que puede verse reforzado si una persona quiere perder peso.

    Otro estudio, publicado en 2018, demostró que «beber mientras se comen alimentos azucarados tiende a provocar un mayor aumento del azúcar en sangre después de la comida». En otras palabras, los picos de azúcar en sangre desencadenan picos de insulina que promueven el almacenamiento de grasa. Según estos resultados, deberíamos evitar beber mientras comemos alimentos azucarados, pero no durante las comidas principales.

    Beber y mantenerse hidratado: el mejor camino para una buena dieta

    Aunque no se debe evitar el agua durante las comidas, la dietista recuerda que no tiene sentido no tomar agua durante el día para “compensarlo” de golpe en la comida.

    Añade que puede haber un efecto secundario agradable al tomar dos o tres vasos de agua antes y después de comer, porque «beber puede estimular las papilas gustativas y el tracto digestivo para prepararlo para la comida».

    En conclusión, todo depende del tipo de líquido que estemos tomando. El agua natural siempre será la mejor opción sobre las bebidas con azúcares o gas, ya que estas últimas están relacionadas con la hinchazón y otros problemas digestivos.

    Hidratarse de manera constante y sin excesos a lo largo del día hará que, a la hora de desayunar, comer o cenar, nuestro cuerpo esté en la mejor forma para disfrutar de los alimentos y quemar las grasas. Ahora puedes decirles a tus padres que un vaso de agua natural en la comida no es una mala idea.

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    Texto original: ARIANE DE WILDE
    Adaptación: Bianca Cosulich
    Artículo originalmente publicado por Marie Claire Francia

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