Conoces sus nombres, tal vez alguno está en tu cosmetiquero, pero ¿quiénes son las mujeres detrás de sus imperios de belleza?
Es sorprendente escuchar como en la industria de la belleza, como en el de la moda, a pesar de ser dominados por públicos femeninos son liderados por hombres. Sin embargo, en la historia encontramos mujeres que construyeron su propio destino y en el proceso revolucionaron la industria del maquillaje con sus ideas. Te presentamos algunas de sus historias.
Helena Rubinstein
Nació en 1872 en Polonia, pero pronto escapó de un matrimonio arreglado. En sus maletas llevaría lo que consideró como el pilar de su vida: 12 tarros de crema cosmética del doctor Jacob Lykusky. Una vez en Australia, su piel suave y limpia atrae la atención de las esposas de los granjeros locales. Es así como en 1902, hace 122 años, Helena Rubinstein comienza su imperio de cosméticos. Su negocio la llevaría a Sydney, Londres y Paris. Entre algunas de sus innovaciones encontramos la máscara de pestañas a prueba de agua, la clasificación de tipos de piel y los salones de belleza y spas.
La filosofía de vida de Rubinstein dictaba que la belleza es poder. Esto lo extendió a su estilo de vida como una apasionada amante de la alta costura y del arte. En su mansión coleccionaba escultura africana, sillas victorianas, y lámparas turcas. Sus paredes mostraban una impresionante colección de Renoir, Picasso, Chagall y Matisse. Salvador Dalí la retrató, diseñó su logo y decoró su comedor.
Elizabeth Arden
Florence Nightingale Graham intentó ser enfermera, pero, sintiendo que no era su verdadera pasión, viajó desde la zona rural de Canadá a Nueva York. Ahí entra a trabajar como asistente de la cosmetóloga Eleanor Adair. En 1910 se asocia con Elizabeth Hubard para fundar un salón de belleza en la Quinta Avenida. Para 1914 tomarían caminos distintos. Ahí es donde adopta el nombre Elizabeth Arden, el apellido lo tomó de un poema que leyó. Sus salones llevan como insignia la puerta roja.
Ella desarrolla tratamientos cosméticos y perfumes como la Eight Hour Cream. También voltea su atención al maquillaje, que previamente tenía connotaciones negativas. Ella lo convierte en una herramienta para crear un look completo. Crea sistemas para combinar el maquillaje del rostro y los ojos con el cabello y el atuendo, una tendencia que se popularizaría entre otras marcas. Fue una mujer sufragista y desde su trinchero trabajó por las mujeres.
Durante la segunda guerra mundial la belleza era vista como un símbolo de patriotismo. Por esto Arden crea un kit para las primeras mujeres en el ejército estadounidense. Un labial en el tono Montezuma Red, creado para ellas, combina perfectamente con los ribetes de sus uniformes. Fue tal el furor por ese labial que tiempo después lanzó Victory Red para el público en general.
Estée Lauder
Nació en Queens de padres inmigrantes. Su tío le enseñó a preparar cremas sedosas en su cocina. Después en la década de los 20 conoce a Joseph Lauter. En 1930 se casan y se mudan a Manhahttan. Su marca comienza con cuatro productos esenciales, que Estée vende en salones de belleza locales. Su primer gran pedido viene un año después, de parte de Saks Fifth Avenue. Ella creó uno de los imperios de belleza más grande del mundo a través no solo de sus productos, pero también la experiencia que ofrecía. Revolucionó el concepto del regalo con compra.
También supervisó la creación de otras líneas, sentando las bases de lo que es hoy Estée Lauder Companies. Creo las marcas Aramis, Prescriptives, Lab Series, Origins y Clinique, esta última revolucionó el mercado con su enfoque tecnológico y sus fórmulas libres de fragancias e irritantes.
Su fortuna la usó también para compartir bienestar. Apoyó varias causas benéficas como la restauración del Palacio de Versalles y la construcción de parques recreativos en Central Park.
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