La menopausia se caracteriza por cambios hormonales que afectan a las mujeres, pero el ejercicio puede ser tu mejor amigo en esta etapa.
Mi mamá se cuida mucho. Desde hace unos años ha retomado el ejercicio, haciendo rutinas cortas y de bajo impacto a lo largo del día. Así es como le hace frente a la menopausia. Así como a ella, el ejercicio puede beneficiar de manera significativa a las mujeres que tienen menopausia.
En esta etapa la mujer experimenta cambios hormonales, físicos y psicológicos. Aumenta el riesgo de desarrollar osteoporosis, la retención de líquidos aumenta y hay cambios en el metabolismo.
¿En qué ayuda el ejercicio?
En la menopausia el cuerpo produce menos estrógeno y progesterona, por eso el riesgo de padecer osteoporosis. Sin embargo, el ejercicio en conjunto con una dieta saludable puede combatir estos y otros síntomas comunes como bochorno, la resequedad en la piel y caída del cabello.
Un estudio de la Universidad de Victoria en Australia presenta una conclusión muy clara: La actividad física provee beneficios más allá de la menopausia. Puede disminuir el riesgo de problemas cardiorrespiratorios, síndromes metabólicos, cáncer y mejorar la densidad de los huesos y musculatura.
Este estudio también reporta que la presión sanguínea es más baja en mujeres postmenopáusicas que hacen ejercicio a comparación con mujeres saludables y sedentarias.
Otro estudio de Universidad Médica Capital de Beijing sugiere una rutina semanal que incluyen 150 minutos de ejercicio aeróbico de intensidad moderada (o sea, 30 minutos de caminar, trotar, ir en bicicleta, nadar o bailar de lunes a viernes) y ejercicios de tensión muscular de 2 a 3 veces por semana para incrementar masa muscular y fuerza.
Así que agarra tus mancuernas y ponte tus tenis, ejercitar tu cuerpo te dará vitalidad y energía para seguir adelante.
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