Con la facilidad de acceso a la información que hay actualmente, es común encontrarse con términos médicos empleados en el día a día, lo que ayuda a entender mejor ciertos componentes del cuerpo. Conocido popularmente como la ‘hormona del estrés‘, el cortisol es una palabra bastante sonada, tanto por su importancia para la salud con por sus múltiples funciones. Aquí te contamos más sobre la hormona del cortisol, por qué es tan importante, y cómo puedes aprender a regularla naturalmente.
¿Qué es el cortisol?
De acuerdo con el Instituto Nacional de Cáncer de Estados Unidos, el cortisol es la hormona elaborada por la corteza suprarrenal, que a su vez es la capa exterior de la glándula suprarrenal. Es una de las hormonas encargadas de la regulación del metabolismo de carbohidratos, distribuida través de la sangre y con la capacidad de afectar diversas funciones del cuerpo.
Pero, ¿qué significa esto? Al transportarse mediante la sangre, la hormona se encuentra esparcida por todo el organismo y afecta cada función cuerpo, por lo que los niveles de cortisol de una persona juegan un papel importante en su salud. Para dimensionar esto, es importante mencionar que el cortisol influye en los sistemas cardiovascular, inmunológico y reproductor, así como en el aparato digestivo, metabolismo, estado de la piel, entre otros.
Funciones del cortisol
Como mencionamos, las funciones del cortisol comprenden un rango bastante amplio, ya que éste se extiende por gran parte de los sistemas en el cuerpo humano. Aquí algunas de las principales:
- Ayudar al organismo a controlar el estrés
- Reducir la inflamación corporal
- Equilibrar los niveles de sal en el organismo
- Regular el sueño
- Responder a posibles amenazas contra la salud
- Controlar la presión arterial
- Ayudar en la absorción de nutrientes
- Incrementar los niveles de energía
La hormona del estrés
El cortisol se conoce popularmente como ‘la hormona del estrés‘, ya que se produce en niveles excesivos cuando una persona se encuentra en situaciones de alerta, riesgo o peligro. Al percibir este tipo de situaciones, aumenta la producción de cortisol en el cuerpo, lo que también resulta en un incremento en los niveles de glucosa y cambios en el cerebro.
Peligros de tener el cortisol alto
Tener el cortisol alto es un indicador de estrés crónico, por lo que esto es el primer efecto negativo que una persona puede percibir. Va en conjunto con un impacto perjudicial en la salud mental, así como problemas de insomnio y afectaciones en la calidad del sueño.
En cuanto al sistema digestivo, un alto nivel de esta hormona resulta en problemas como gastritis, úlceras y demás trastornos gastrointestinales. Aunado a esto, puede propiciar aumento de peso, incrementar la presión arterial y contribuir al desarrollo de enfermedades cardíacas.
Las personas con cortisol alto también presentan un debilitamiento al sistema inmunológico, y tienen mayor posibilidad de adquirir infecciones y enfermedades.
¿Cómo reducir los niveles de cortisol?
La forma más eficiente de reducir los niveles de cortisol es con un mejor manejo del estrés. Aunque suene sencillo, esta tarea puede ser bastante compleja, especialmente cuando se consideran aspectos como el trabajo, las relaciones sociales y los problemas cotidianos.
Algunas recomendaciones son incorporar actividades de cuidado personal a la rutina diaria. Pueden ser desde meditaciones y la práctica de ejercicio hasta llevar una dieta balanceada y reducir el consumo de cafeína.
Otra alternativa es buscar terapia o asesoramiento profesional, con especialistas que brinden estrategias más personalizadas para lidiar con el estrés crónico.
¿Cómo medir el cortisol?
Existen distintas pruebas para medir el cortisol, que a su vez miden los niveles de la hormona en la sangre, saliva, orina o cabello. Estas se llevan a cabo por un especialista, y suelen usarse para identificar con tiempo el riesgo de ciertas afecciones médicas (las más comunes son el Síndrome de Cushing y la Enfermedad de Addison, que refieren a un volumen alto o bajo de cortisol, respectivamente).