Con la llegada de octubre y noviembre, nuestros alrededores se pintan de naranja por las flores de cempasúchil y los colores de las festividades. La tradición más especial de México se asoma para darle la bienvenida a la muerte: el Día de Muertos, una celebración que rinde homenaje a los seres queridos que han fallecido. Aquí te contamos un poco sobre su historia y su importancia.
¿Cuál es el origen del Día de Muertos?
Sus orígenes se remontan a la era prehispánica de Mesoamérica, en civilizaciones como la azteca y la maya, que creían que había vida después de la muerte. Pensaban que los espíritus viajaban por diferentes planos y que, para llegar al inframundo, debían superar varios obstáculos para purificar su alma.
Los mexicas iniciaban esta celebración al concluir la temporada de cosecha, entre septiembre y noviembre, con el objetivo de guiar a sus muertos en el recorrido hacia el Mictlán (inframundo).
Con la llegada de los españoles, la tradición sufrió algunas modificaciones, pero conservó su esencia. En la religión católica, esta festividad se celebra como el Día de Todos los Santos, un momento para recordar las almas perdidas y ofrecerles tributos.
¿Por qué celebramos el Día de Muertos?
Hoy el Día de Muertos es una forma de mantener vivas las tradiciones, celebrar la vida y la muerte, y llevar un proceso de duelo. La UNESCO declaró esta festividad como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, atrayendo turistas y difundiendo las tradiciones mexicanas por todo el mundo.
Para los pueblos indígenas, los espíritus no solo conviven con los vivos, sino que también regresan para degustar sus alimentos favoritos y recargar energía para continuar su viaje.
¿Qué día se celebra el Día de Muertos?
El 1 y 2 de noviembre son las fechas oficiales de la celebración, aunque se cree que los muertos comienzan a llegar desde el 28 de octubre, deambulando y preparándose para sus visitas.
El 27 de octubre es la fecha en que se recibe a las mascotas, a las cuales también se les coloca una ofrenda.
El 30 y 31 de octubre están dedicados a los niños que murieron sin haber sido bautizados. El 1 de noviembre, conocido como el Día de Todos los Santos o Día de los Inocentes, se recibe a los niños fallecidos. Finalmente, el 2 de noviembre se honra a los adultos.
¿Por qué colocamos altares?
Uno de los elementos más importantes de esta tradición es la colocación de altares, los cuales contienen ofrendas como bebidas, comida y objetos que le gustaban al difunto en vida. Son espacios sagrados que les dan la bienvenida y honran su memoria.
Aunque cada altar es único y personalizado, suelen compartir los mismos elementos. Un buen altar debe contener:
- Fotos del o los difuntos
- Velas e incienso
- Bebidas (si eran adultos, vino)
- Calaveritas de azúcar
- Flores, especialmente cempasúchil
- Objetos personales (alguna prenda, juguetes o libros)
- El petate
- Pan de muerto
- Papel picado para decorar
- Sal (para que el espíritu no se pierda ni se corrompa)
