La primera vez que escuché hablar sobre baby bótox fue durante un desayuno entre amigas, cuando una de ellas nos contó sobre cómo estas pequeñas inyecciones habían logrado maravillas en su rostro, ayudándola a reducir significativamente sus líneas de expresión en cuestión de semanas. Lo que hasta la fecha había catalogado como uno de los tratamientos estéticos más invasivos ahora se convertía en algo asequible y de estética natural, que inclusive podía aplicarse en una cita tan casual como la de ir a hacerse las uñas.
No por nada se ha convertido en uno de los tratamientos de belleza más populares entre la población joven, aquí te contamos todo lo que debes saber sobre el baby bótox.
¿Qué es el baby bótox?
El baby bótox es un tratamiento estético que consiste en la aplicación de inyecciones de toxina botulínica en el rostro, popularizado durante los últimos años gracias a que es menos invasivo que el bótox convencional. Ofrece una alternativa para quienes quieran combatir sutilmente las primeras señales de envejecimiento, empleado con el propósito de reducir las líneas de expresión más evidentes y, en algunas ocasiones, inyectándose estratégicamente para resaltar facciones específicas como los pómulos, el mentón, la nariz, y más.
Aunque puede sonar un poco confuso, el nombre de baby refiere al hecho de que se inyecten cantidades muy pequeñas de toxina botulínica, lo que a su vez ayuda a mantener gran parte de la movilidad facial y disminuir los riesgos de efectos secundarios. El resultado es un efecto ligero y natural, con un rejuvenecimiento discreto que puede durar hasta cuatro meses.
¿Para qué sirve la toxina botulínica?
Ahora bien, para entender en su totalidad el bótox (y por ende, el baby bótox) es necesario saber también qué es la toxina botulínica. De acuerdo con la Clínica Universidad de Navarra, se trata de una neurotoxina liberada por la bacteria Clostridiumn botulinum, cuya capacidad para producir parálisis muscular se ha aprovechado para el desarrollo de terapias médicas, productos dermatológicos y tratamientos estéticos.
Si bien existen diversos tipos de toxina botulínica, los más comunes son los tipo A y B, siendo este último el que se emplea en aplicaciones cosméticas. En el caso del bótox y baby bótox, se inyecta en los músculos faciales —principalmente la frente, el entrecejo y el contorno de ojos— para disminuir las arrugas y líneas de expresión más profundas, al igual que para corregir asimetrías faciales.
Diferencia entre bótox y baby bótox
Aunque ambos tratamientos refieren a la inyección de toxina butolínica en el rostro, su diferencia radica en la dosis empleada durante cada sesión. En el bótox convencional se aplica una dosis de entre 50 a 70 unidades de toxina botulínica, mientras que en el baby bótox únicamente se emplean entre 25 a 35 unidades. En cuanto a resultados estéticos, la distinción evidente es que el bótox paraliza completamente los músculos faciales, mientras el que baby bótox los relaja y suaviza.
Beneficios del baby bótox
Aclaremos algo: como con el resto de los procedimientos cosméticos, el baby bótox no es necesario para mantener un rostro visiblemente sano y jovial. Si bien ofrece la oportunidad de retardar las primeras señales de envejecimiento, se sugiere emplearlo cuidadosamente y siempre con asesoría de un profesional.
Dicho esto, puede aplicarse como un gran aliado para suavizar y prevenir las arrugas, esto sin el riesgo de causar una apariencia rígida o poco natural. El que sea un tratamiento estético poco invasivo y de baja intervención también significa que su proceso de recuperación es bastante simple, y que sus riesgos —y efectos secundarios— se reducen significativamente en comparación con el bótox convencional.
