Arquetípicamente, la mujer posee una relación con la cocina que va más allá del sartén y el fuego. No es casualidad que en múltiples culturas sea el seno del hogar. En México, por ejemplo, existe un profundo respeto hacia las cocineras, el cual se exacerba por clichés que van desde la idea del amor como ingrediente secreto hasta la creencia de que una sola persona debe batir la masa de los tamales, de lo contrario, estos correrían el riesgo de no cocinarse. La chef Gabriela Ruiz Lugo
La comida unida a la esencia de las mujeres
Es entonces cuando alimentar se convierte en más que un concepto meramente biológico o nutricional, hay un valor emocional detrás de la cocina. Se trata de un sentimiento de familiaridad que surge apenas uno prueba bocado en casa, rodeado de los suyos, en un hogar rebosante de aromas y sazones.
Es, en esencia, el tipo de experiencias que se abrazan y conservan hasta el final de los días, esas que con romanticismo enunciamos como ‘la sazón casera de mamá‘. Estas palabras son las mismas que emergen cuando se conoce la propuesta gastronómica de la chef Gabriela Ruiz Lugo.
Chef Gabriela Ruiz, cocina y amor de mamá
Al igual que para muchas otras madres, para la chef nacida en Comalcalco, Tabasco, cocinar es un acto de amor, bondad y pasión.
‘Las mujeres cocinamos por alimentar. El primer alimento que recibe el ser humano (viene) de una mujer’, explica Gaby Ruiz. ‘Eso va en nuestra naturaleza’. Es la muestra del más puro amor, aquel que viene colmado de ternura y preocupación.
Para entender de lo que habla y paladear su sazón, basta con echar un vistazo a su último proyecto, Carmela DeMorada. El cuarto restaurante de su lista lleva por nombre la propia idea de una comida familiar, de las que uno come en casa, en la morada. Este último se materializó mientras otro gran amor crecía dentro de ella.
Al tiempo que Ruiz cumplía uno de sus más grandes sueños (convertirse en mamá), Carmela DeMorada tomaba forma como un paralelismo a su maternidad. Desde la elección de una cocina tapizada con pequeñas lajas rosadas hasta la creación del menú inspirado en los antojos durante el embarazo, todo es un homenaje a su experiencia como la incipiente madre de Martina.
Un taco de hojas, croquetas de puchero y guacamole de pistache son algunas de las recetas que visten el menú de Carmela DeMorada, sin embargo, hay mucho más detrás. Plasmada a través de una conmovedora carta de amor a Martina, Gaby refleja su compromiso con el punto perfecto de sal, su determinación por rendir tributo a las mujeres que le precedieron y su capacidad innata de dar vida.
En la cocina de Gaby Ruiz no hay pomposidad, no hay técnicas rimbombantes ni creaciones difíciles de describir. Solo hay recetas tradicionales, las que nos criaron en México. Aun así, sería imposible pasar por alto incluso la entrada más pequeña. Es ahí donde yace el toque característico de Ruiz, quien hace que cada bocado se vuelva un apapacho, transformando lo ordinario en memorable.
El poder de las convicciones
Consiente del papel que juega en su linaje y lo que busca heredar a su hija, la también estrella de ‘Iron Chef México’ continúa al frente de la cocina. Aun cuando el amor por Martina la rebasa, Ruiz se niega a abandonar su pasión.
La maternidad de medio tiempo parece no ser una opción en el menú. En su lugar, ha elegido profesar con el ejemplo, demostrando que no hay razón para renunciar a los sueños. ‘No porque haya tenido una bebé, dejaré de hacer lo que amo’, sentencia.
Sus ideales también juegan un papel esencial. Para Gaby Ruiz, cocinar no solo requiere emplear la cantidad correcta de sal. Desperdiciar no está en la receta. La chef mexicana es consiente de que ‘hay mucho trabajo detrás de cada ingrediente. Detrás de cada vegetal que está en tus manos hay muchas más manos, hay mucha agua, hay sol, hay cariño, hay esfuerzo, hay tierra’, explica. Esa visión la ha llevado a adoptar un enfoque sostenible que comparte con su más reciente aliado: Oris.
Como la primera mujer embajadora de la marca de relojería en Latinoamérica, Gaby refleja los ideales de audacia y sostenibilidad que distinguen a la firma suiza. ‘Oris es una marca con la que me siento superconectada porque su filosofía go your own way (hacer las cosas a tu propia forma) es algo que me encanta. A mí me encanta ir por el lado que no está de moda’.
Tras conseguir una mención especial en la Guía Michelin México por su restaurante Carmela y Sal, Gaby reconoce que recibir una estrella sería un gran honor, pero que la satisfacción más grande es ‘que los comensales entren y salgan contentos’.
Con un Aquis Date Lady en la muñeca y Martina en sus brazos, Gaby Ruiz es la materialización de una poderosa carta de amor a la maternidad y a la gastronomía mexicana, esa que es inolvidable y que reaparece en la mente cuando toca el paladar.
