Una vida sedentaria en la juventud tiene consecuencias que van más allá de lo físico y que con el tiempo no tendrán solución.
Hemos escuchado muchas veces sobre los beneficios de llevar una vida activa, pero parece que debemos resaltar las consecuencias de no hacer ejercicio, no solo en la juventud sino también en el futuro.
Más allá de sus efectos en la apariencia física, es importante recordar que el cuerpo y la mente están conectados. Nuestro estilo de vida tiene repercusiones en la salud mental, y los pensamientos negativos y emociones intensas pueden manifestarse en diferentes órganos.
Consecuencias en la salud
Para aquellas personas que se rehúsan o no son muy aficionadas a realizar actividad física, las primeras consecuencias en su salud se hacen evidentes, comenzando por la apariencia física. De acuerdo con los diferentes tipos de metabolismo y dietas, uno puede experimentar aumentos de peso más notorios que otros. Este es solo uno de los muchos factores que llevan al desarrollo del sobrepeso.
Además, el sedentarismo es el camino para desarrollar enfermedades crónicas como la diabetes tipo 2 y las enfermedades cardiovasculares. Durante el proceso de crecimiento, es crucial mantenerse activo, ya que también fomenta el desarrollo muscular y óseo.
Repercusiones en la salud mental
Numerosos estudios y charlas han demostrado que para mantener una buena salud mental, el ejercicio debe ser una parte esencial de nuestra rutina diaria. Al estar en movimiento, liberamos endorfinas y serotonina, sustancias conocidas por hacernos sentir felices.
Para las personas con problemas de ansiedad o estrés crónico, la actividad física ofrece una manera de relajarse y procesar emociones fuertes y negativas. Sabemos que dormir repara la mente y es más fácil conciliar un buen sueño cuando hemos agotado nuestro cuerpo.
Problemas sociales
Las consecuencias también son sociales. Al recluirse, evitamos el contacto con otras personas y, por ende, perdemos o no desarrollamos habilidades sociales. La actividad física es fundamental para tener disciplina, perseverancia y trabajo en equipo.
Una persona que ha practicado deporte a lo largo de su vida tiene mejores habilidades que alguien que ha vivido en un estado de sedentarismo. Además, se ha comprobado que esto es un factor para desarrollar baja autoestima y que las probabilidades de alcanzar objetivos personales y profesionales se reducen significativamente.
No es necesario enumerar cada una de las enfermedades, mencionar todos los estragos en la mente o cómo nos perdemos de nuevas vivencias. Tener una vida activa debe ser esencial para todos, incluso para aquellos que no compiten a niveles profesionales.
Toma la decisión de cambiar tu rumbo ahora que puedes y evita llegar a la adultez con dolores, falta de movimiento o una vida sin alegría.