¿Qué pasa cuando juntas a Drake, un director creativo y una fantasía olvidada? El renacimiento de Luna Luna, el parque creado por artistas
No, no es un titular inventado por inteligencia artificial. Realmente existió un parque diseñador por los mejores artistas del siglo XX.
¿Cómo llamarle a una feria diseñada por artistas? ¿Parque de art-racciones? ¿Arte-tracciones? Y, ¿Qué tiene que ver Drake? Aunque suene sacado de un sueño muy extraño es cierto. Luna Luna fue un proyecto del artista André Heller. Este era un parque de atracciones con piezas de Roy Lichtenstein, Salvador Dalí, Keith Haring entre otros. Originalmente estuvo activo en el verano de 1987 en Hamburgo, pero poco tiempo después fue abandonado en contenedores en un poblado de Texas, resultado de conflictos legales.
Un sueño: Acercar el arte a la gente
Michael Goldberg, un director creativo neoyorquino leyó sobre este inusual parque y decidió buscar a Heller para darle una segunda vida. Sin embargo, iba a hacer falta más que buena voluntad. Drake, el rapero canadiense y apasionado coleccionista de arte invirtió mediante su compañía Dreamcrew en la compra de los contenedores que se enviaron a Los Ángeles.
Las piezas han sido restauradas y ahora están en exhibición. La intención es llevarlo de gira alrededor del mundo, así como lo quiso hacer André en su momento. Tristemente, muchos de estos juegos solo podrán ser observados, ya que al ser obra de legendarios artistas su conservación tomó prioridad. Aun así, podrán pasear por algunas de las obras como Dalídom de Salvador Dalí.
Luna Luna fue concebido con la intención de proponer optimismo y terminar con la discriminación y estragos políticos de la Segunda Guerra Mundial, por eso la elección de estrenarlo en Alemania.
Ahora la lectura es distinta, dada la fama que muchos de estos artistas alcanzaron después de su vida. Hoy se puede interpretar como una exploración sobre el papel del arte en la vida cotidiana y el deber del arte de ser accesible y alejarse del elitismo que abunda en espacios exclusivos como las galerías y museos. Por mientras, se puede admirar el espíritu lúdico de esta obras.
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