Sin importar la década, las cejas marca la diferencia en los estereotipos de belleza.
El poder de las cejas se remonta a más de 100 años, ya que enmarcan nuestro rostro y terminan por definir la personalidad de nuestro look. Aunque actualmente se prefieren de forma más natural, en el pasado, tanto nuestras madres como nuestras abuelas las maquillaban de manera totalmente opuesta a la estética actual.
Como cualquier tendencia, estas tienen ciclos repetitivos y lo que se usaba antes vuelve a estar de moda ahora, aunque con algunas variaciones para adaptarse a las necesidades de otra generación. Siempre en un ciclo que se recicla, hemos pasado de tener las cejas lo más delgadas posibles hasta decolorarlas, pero todo comenzó con las primeras civilizaciones.
Historia y evolución de las cejas
Los primeros registros sobre la importancia de las cejas y su pintura se remontan al año 3500 antes de Cristo, en el Antiguo Egipto, donde se caracterizaban por ser gruesas y marcadas. Con el paso de los años, esta tendencia se extendió a la antigua Roma y Grecia, donde muchas mujeres seguían la moda de crear su propia uniceja.
En el siglo XVIII, con la implementación de nuevos cosméticos y la popularidad de las pelucas, la estética de la opulencia tomaba gran relevancia. Para seguir esta tendencia, muchas personas comenzaron no solo a marcar sus cejas, sino también a hacerlas más puntiagudas. En algunas ocasiones, incluso se utilizaban pieles de ratones para crear cejas artificiales.
La época del cine y del arte
Fue gracias a la industria del cine que las cejas empezaron a ganar mayor popularidad, especialmente aquellas que eran ultrafinas, donde afeitárselas era básico para las mujeres de la década de 1920.
Para las décadas de 1940 y 1950, se dejó de lado la extrema delgadez y se optó por llevar cejas gruesas, naturales y redondeadas, con un arco más bajo. Una figura muy importante durante estas épocas fue la artista mexicana Frida Kahlo, quien destacaba no solo por sus obras, sino también por sus características cejas unidas que llevaba al natural.
Una época caracterizada por los hippies
En cada época hay un personaje que se convierte en el punto de referencia para miles de mujeres. Cuando pensamos en los años 70, la cultura hippie es lo primero que resalta. Fue una época de combinación de estilos, donde las cejas volvían a ser delgadas pero aún naturales, sin llegar al extremo de la delgadez, aunque por lo general no eran tupidas.
La delgadez extrema
Los años 90 llegaron para revolucionar y todas las actrices y celebridades comenzaron a depilarse en exceso las cejas para llevarlas sumamente delgadas y empezar a dibujarlas en forma de líneas. Este estilo era el favorito de celebridades como Christina Aguilera o la actriz Drew Barrymore.
Cejas perfectas y pobladas
Pasamos de un extremo al otro, ya que en el siglo XXI lo que estaba de moda eran no solo las cejas naturales, sino también las cejas pobladas.
Cara Delevingne se convirtió en el ícono más importante cuando pensamos en el marco del rostro, y fue entonces cuando empezaron a implementarse productos para hacer que crecieran rápidamente, especialmente para aquellas que sufrieron las pinzas de los años 90.
A partir de 2015, parecía que ya no quedaba nada más por hacer con las cejas, ya que estaban o muy gruesas o muy delgadas. Sin embargo, luego llegó el poder del maquillaje, donde tener un diseño perfecto se volvió primordial y la micropigmentación tomó terreno. Con esta técnica, las cejas adoptaron una estética más cuadrada y delineada, sin un solo pelo fuera de lugar.
Decoloradas y planchadas
Después de experimentar con diferentes diseños y tonos, parece que ahora buscamos llamar la atención de una manera diferente. Hemos visto que decolorar las cejas para luego llevarlas en tonos fantasía o rubios se ha convertido en una forma de expresión. Ahora las cejas no tienen que seguir una estética específica, simplemente deben ser llamativas.
Incluso para aquellas que optan por algo menos extremo, se ha demostrado que la búsqueda de un look limpio implica tener las cejas depiladas, manteniendo su forma natural pero siendo planchadas o fijadas con gel para darles un efecto de pluma. De esta manera, se respeta la anchura característica de las cejas, pero se mantienen delgadas en los laterales.
Como hemos visto, las cejas son uno de los aspectos que más ha cambiado en la industria de la belleza. Dentro de cada generación, grupo social y lugar, se les ha dado un significado diferente, pero sin importar el diseño que tengan, cambian por completo el rostro de quien las lleva.
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