Dormir es una necesidad primaria que, si es descuidada, pasa factura a nuestra salud. Tener un sueño desequilibrado es causa de numerosas afecciones, aunque en muchas ocasiones el trastorno del sueño puede estar relacionado con la inflamación que afecta tanto al cuerpo como al cerebro.
¿Cómo nos afecta el cansancio?
Algunos de los efectos que se perciben en el cuerpo cuando estamos agotados son sentimientos de tristeza, desmotivación, piel reseca, falta de apetito, estreñimiento, aumento de peso o intolerancia al frío.
De acuerdo con el Dr. Eric J. Olson, de la Clínica Mayo, las personas que no tienen suficientes horas de sueño de calidad son más propensas a enfermarse tras estar expuestas a un virus.
¿Qué es la inflamación?
De acuerdo con la licenciada en Biología y doctora Elena Gallard, la inflamación es una respuesta natural del sistema inmunológico ante amenazas. ‘Un cuerpo inflamado es un cerebro inflamado’, lo que implica que los problemas corporales pueden traducirse en un desgaste mental que afecta al sueño y a la energía.
¿Cómo afecta la inflamación a mi cuerpo?
Es normal que las personas se inflamen, pero no que vivan inflamadas. Cuando la inflamación se vuelve crónica, afecta sistemas como el digestivo, la piel e incluso el cerebro.
Nuestro cuerpo arroja señales de advertencia que pueden desencadenar problemas cognitivos y emocionales que dificultan un sueño reparador. Los expertos recomiendan dormir siete o más horas para envejecer de forma saludable.
¿Cómo afecta la inflamación al sueño?
Durante el descanso, el cuerpo se regenera. Sin embargo, un sistema nervioso alterado por inflamación impide este proceso. Elena Gallard explica que ‘la exposición continuada a microestrés genera un estado de inflamación en nuestro organismo‘. Esto puede interrumpir las fases de sueño profundo, fundamentales para la recuperación.
Factores que promueven la inflamación
En nuestro día a día estamos expuestos a agentes nocivos que afectan nuestra capacidad para descansar y, en consecuencia, nos inflaman. Un cambio de hábitos hace la diferencia en la energía que tenemos a lo largo del día.
Estrés y microestrés
Es casi imposible no sentir estrés a lo largo de nuestra vida, pero estar en un constante estado de alerta afecta nuestra salud a largo plazo. Incluso las pequeñas dosis de microestrés tienen un efecto acumulativo devastador.
Este es uno de los principales motivos por los cuales no logramos conciliar un sueño profundo y reparador, además de que provoca inflamación crónica.
Mala alimentación y salud digestiva
Nuestro intestino tiene un papel esencial en la regulación de nuestros sueños y el nivel de energía. Cuando nuestra dieta está basada en alimentos ultraprocesados, generamos ‘irritabilidad gástrica constante‘, lo que aumenta la inflamación intestinal y afecta nuestro descanso.
Uso de dispositivos tecnológicos
Nos han advertido una y otra vez sobre las consecuencias de usar dispositivos tecnológicos a altas horas de la noche o antes de dormir. Nuestro celular, iPad, computadora u otros aparatos generan ruido y luz que sobreestimulan el cerebro, evitando que pueda descansar.
Esto dificulta la relajación necesaria para un sueño reparador y perpetúa la fatiga matutina.
Cómo reducir la inflamación y mejorar tu descanso
Recuerda asistir a un especialista si necesitas más información o tratamientos especializados para conciliar el sueño y tener un buen descanso. En ocasiones, la inflamación va más allá de nuestros hábitos y puede ser un síntoma de otras afecciones de salud.
Alimentación antiinflamatoria
Elimina de tu dieta los alimentos ultraprocesados e incluye ingredientes ricos en antioxidantes, que ayudan a equilibrar los niveles de inflamación y disminuyen la sobreexcitación de los macrófagos.
Prácticas de atención plena
Estar presentes en nuestro día a día es clave. Trata de tener momentos en la semana para conectar con tu mente. Los expertos han recomendado la meditación como una herramienta de relajación que nos ayuda a actuar de manera consciente, facilitando un descanso más profundo.
Ejercicio físico moderado
No necesitas correr maratones ni subir cerros; lo importante es estar en movimiento. La actividad física tiene un efecto directo en la reducción de la inflamación y en la regulación del sistema nervioso. Reduce tensiones, mejora el descanso y fomenta una vida saludable.
Ahora ya sabes que parte de tu falta de sueño se debe a la inflamación de tu cuerpo. Algunos la pueden notar en el estómago, pero también está presente en el cerebro. La buena noticia es que se puede revertir, y mucho depende de nuestros hábitos.
Texto original: Anna Pardo
Artículo originalmente publicado por Marie Claire España
Adaptación: Bianca Cosulich