Continuamos repasando la semana de la moda y estamos deleitados del fashion. Hay para todos los estilos y cada pasarela ofrece una personalidad única que en sí es autóctona a las múltiples personalidades de esta gran ciudad.
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Piotrek Panszczyk deslumbra en lo absurdo. Entre bikinis de diamantes de imitación y medias transparentes a la luz del día nos mostró en su colección como la evolución humana se puede traducir en la moda y hacer de una pasarela el linaje de su creación.
La idea se desarrolló inteligentemente: Había abrigos de piel, jeans con estampado de pieles y un mini vestido con pequeños godets bulbosos que hablaban de la personalidad de Panszczyk y su compromiso en ofrecer alternativas del mundo real a la fantasía.
A una banda sonora de herramientas chocando entre sí, que con el tiempo evolucionó hasta convertirse en un ritmo industrial y así llegaron modelos con chaquetas de hombros anchos o prendas de punto ceñidas salpicadas de rasgaduras bestiales, con los huesos adornados en oro de sus modelos todavía elegantemente adheridos a sus ropas contando la historia de la humanidad y de la moda a través de ella.
Michael Kors
Transformó el malecón de domino park en Brooklyn en Capri. Con grandes racimos de buganvillas fucsias, las modelos caminaron una pasarela inspirada en la moda de finales de los 60 y principios de los 70.
Kors resucitó las cinturas imperio y los pantalones largos con micro dobladillo de la época, y los accesorios del bikini dorado de Berenson fueron un motivo recurrente, incluso en los tirantes de un maillot negro: Solo agrega una falda de gasa y estarás lista para una ocasión nocturta.
Los drapeados griegos en colores tierras cerraron una pasarela que fue simplemente chic, femenina y que trajo a vida una vibra capri de los 60 y 70 chic que todos queremos tener.
Altuzarra
El escapismo de la realidad en la moda. «Rosemary’s Baby» fue la referencia de la colección. Los invitados recibieron una copia de la edición cincuenta aniversario del libro de Ira Levin. Altuzarra tenía abrigos de satén en rojo, amarillo mantequilla y marfil, de oversize, «casi como si tomaras un abrigo de muñeca de los años 60 y lo ampliaras un poco».
Un vestido trapecio de lunares sin tirantes que es sin duda un favorito, sacado directamente de la alta costura de los años 50 fue el favorito de los criticos. También había un par de vestidos, uno negro con tirantes finos y el otro estilo tanque blanco que eran simplemente sorprendentes. De las colecciones más elegantes y versátiles en su elegancia en esta semana de la moda.
Alejandra Alonso Rojas
Se inspiró en Menorca y la Riviera Francesa para su colección. Estudio el minimalismo del vestir de playa desde los años 30 a los 90 para crear una mezcla de atuendos que aunque se sentían retro eran relevantes. Un vestido sin mangas de crochet blanco presentaba con un dobladillo con flecos de cintura baja a lo flapper de los años 20.
Vimos un chaleco de traje de algodón y lino y los pantalones anchos. El vestido rojo sedoso con cintura estilo pareo, y la camisa y los pantalones cortos de seda con un tratamiento ombré azul, inspirados en los colores de esos famosos atardeceres de Menorca.
En las sedas teñidas presentó vestidos estampados. La diseñadora jugó con bordar conchas, cuentas y perlas en sus looks de manera sutil. Un dulce mini vestido azul sin tirantes, fruncido a lo largo del busto, tenía un dobladillo superior incrustado en pequeñas conchas.
Tory Burch
Presentó en la nueva sala del Museo Americano Natural de Historia conocida como «Gilder Center». El espacio cuenta con techos inclinados como cuevas dentro de un cañón, tienen una vibra muy geológica pero a la vez también se siente como un espacio exterior.
En ese sentido, recuerda ligeramente al Palais Bulles de Pierre Cardin, construido en un acantilado en el sur de Francia pero sin la playa o la riviera. En este espacio, Burch presentó vestidos de punto en vista con anillos de crinolina que formaban los dobladillos elásticos. Vimos chaquetas de punto sin cuello que se combinaban con minifaldas súper cortas y bolsos de plástico moldeados con diseño ergonómico.
Las polos con cremallera de tafetán de nailon combinadas con pantalones técnicos se acercaron más a la sencillez. Un abrigo, un vestido-abrigo y un traje de falda con cuellos altos tenían un aspecto más retro, en consonancia con las influencias de los años 60 que hemos visto en otros lugares esta semana. De las colecciones de Burch fue una de las más limpias en términos de acabados pero ricas en su construcción y confección.
Rosie Assoulin
Tuvo la presentación más jovial de New York Fashion Week. Luego de un torrencial el nueve de septiembre, una fecha indudablemente inolvidable en la ciudad de Nueva York, un doble arcoiris y la luz del atardecer perfecto dieron un efecto de luz natural a través los ventanales de Spring Studios mientras pedazos de pizza y copillas de vino se repartieron entre los invitados.
Luego vino la presentación y digamos que si existiera la ropa feliz, está fuera diseñada por Assoulin. Bajo la dirección de la PR Gabriella Katz y una lista de invitados que reunía a las «it girls» de la ciudad de New York, la diseñadora celebró su décimo aniversario con una colección llena de optimismo y color.
El abrigo trench color verde grama con una flor en la solapa, los zapatos rojos de florecillas, tops color banana, vestidos tipo de new look color lila, suits al descuido color azul gris y flor naranja no nos cansamos de amar la colección.
Una modelo con un crop top rosa de terciopelo y una falda al tallo que va del rosa al verde como una jardín al vestir fue de los looks más icónicos aunque el vestido de faralaos y líneas terracotas, verdes y azul con el atardecer detrás se vio simplemente espectacular.
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