Dries Van Noten propone una declaración discreta sobre el hombre contemporáneo. ¿La lección? todo está en los detalles
Las colecciones de la Semana de la Moda Masculina se han caracterizado por una preocupación por el uniforme y la sastrería. Es una elegancia que fue sustituída por el streetwear hace apenas unos años. Es el clásico caso del péndulo que se balancea entre dos direcciones. Sin embargo, Dries Van Noten es un caso excepcional por su independencia y por crear colecciones inteligentes y precisas.
Aunque ahora el enfoque en la sastrería es más evidente, las influencias de la calle siguen presentes en los cortes de los trajes y en el estilismo. Guantes de cuero o de tejido de punto se llevan hasta el codo, incluso por encima de las mangas de abrigos. Algunos textiles empleados tienen una patina, como si se trataran de piezas recuperadas de principios de siglo. Otro tratamiento interesante que propone es un degradé entre un tejido herringbone que se convierte en lana de color sólido. Ese mismo efecto también se ve en bolsos de cuero.
Combinaciones inusuales como cuero con lana y cambray convergen con estampados con un aire nostálgico. La paleta de colores es sutil y excéntrica, favoreciendo principalmente el gris, azul marino y khaki con tonalidades amarillas y rosadas y un naranja casi neon. Su declaración es una tensión entre arquetipos clásicos y una actitud casual, utilitaria. Son suéteres y jeans de toda una vida reexaminados.
Dries Van Noten reintroduce la chaqueta safari que vimos en su colección femenina para Primavera-Verano 2024 pero esta vez en corte cruzado. El detalle de esta prenda, sus amplios bolsillos, se repite en pantalones cargo, chaquetas y mandiles.
Es una colección que se comunica a través de susurros. La magia de Dries es que el crea colecciones que se sienten relevantes para este momento, pero de alguna forma se vuelven eternas al pasar de los años. Un logro envidiable para muchos diseñadores.
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