martes, julio 8, 2025
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    ¿Mascota o hijo? Esto es lo que cuesta tener un perrijo

    ¿No quieres hijos pero deseas tener un acompañante en el hogar? Entonces lo que buscas es un perrijo: una opción más barata pero igual de amorosa.

    La mentalidad de las nuevas generaciones ha cambiado. Los roles tradicionales también, y ahora muchos han sustituido a los hijos por perros, conocidos coloquialmente como ‘perrijos‘. Si tienes uno (o más), seguramente ya sabes lo que significan en tu vida… y también cuánto cuestan. Pero más allá de su valor económico, son un reflejo de una nueva forma de afecto, compañía y estilo de vida.

    Si en este momento estás acostada en cama con tus perritos y ellos tienen en el armario un look completo para el frío y la lluvia, entonces no hay duda: tienes un perrijo. Y esto es lo que debes saber antes de seguir consintiéndolos.

    ¿Qué significa perrijo?

    Perrijo es la combinación de dos palabras: perro e hijo, y hace alusión a las personas que cuidan a sus mascotas como si fueran sus hijos. Va más allá del cariño: es una muestra de amor excesiva y una inversión económica.

    ¿De dónde viene el término perrijo?

    Este término se empezó a usar en redes sociales por la generación millennial y la generación Z. En otras partes del mundo se conoce como pet parenting y se usa para las mascotas que son consideradas como parte del núcleo familiar.

    ¿Por qué algunas personas llaman perrijos a sus mascotas?

    Para referirse a sus perros como una extensión de su familia. Es común entre quienes no han tenido hijos (y no lo desean), así como en las personas que llevan a sus acompañantes peludos a todas partes. Se usa cuando se les da la misma atención que a los hijos en temas de salud, afecto y cuidado.

    Características de los perrijos: ¿cómo saber si tienes uno?

    Sabes que tienes un perrijo cuando:

    • No tienes hijos en tu hogar
    • Son tu única responsabilidad
    • Dependen 100% de ti
    • Duermen en tu cama
    • Tienen ropita especial: zapatos, abrigos, suéteres o impermeables
    • Una parte de tus gastos está destinada a sus necesidades básicas
    • Los consientes con juguetes, bocadillos y detalles
    • Celebras su cumpleaños
    • Van al veterinario periódicamente para chequeos de rutina
    • Los quieres más que a tus amigos
    Foto: Instagram @jenniferaniston

    ¿Es lo mismo un perrijo que una mascota consentida?

    No. Los perrijos son tratados como humanos, donde el dueño va a los extremos para cuidarlos más allá de sus necesidades básicas. Una mascota consentida recibe tratos especiales como premios o cuidados, pero no es parte del estilo de vida del humano.

    ¿Por qué las personas prefieren perrijos a hijos?

    Esta es una práctica común entre los millennials y la generación Z. La decisión de tener perros en lugar de hijos no viene de un odio internalizado a los infantes; más bien es por el compromiso y costo económico que conlleva tener niños en el hogar.

    • Libertad y estilo de vida: mientras que a los cachorros se les debe cuidar en sus primeros años, los niños requieren atención hasta la mayoría de edad.
    • Factores económicos: los hijos representan un gasto de por vida, mientras que los animales son más fáciles de mantener.
    • Educación: se evitan inscripciones a escuelas, universidades, viajes al extranjero y más.

    ¿Cuánto cuesta tener un perrijo?

    Dependiendo del estilo de vida que les des, el precio varía. En promedio, se estima que tener un perro como mascota y darle una vida de calidad puede costar entre 150,000 a 250,000 pesos por 15 años. Mientras que los hijos van de los 2.5 millones a 4 millones, eso de forma individual sin contar estudios.

    Foto: Pexels

    ¿Es saludable tratar a los perros como hijos?

    Depende del extremo en que se les trate. Aunque no está mal darles amor y cuidados, especialistas han señalado que puede ser perjudicial humanizarlos, ya que esto puede generar trastornos en su conducta.

    Se ha señalado que los animales de hogar que son tratados como hijos pueden llegar a ser agresivos, nerviosos y tener problemas para socializar con otros de su especie e incluso con humanos.

    El lazo afectivo entre dueño y mascota genera ansiedad por separación. Más allá de ser adorables, es una señal clara de estrés. Al final del día, el cuidado en exceso puede ser otra forma de violencia.

    No está mal tener uno o varios perrijos. Lo que está mal es no cumplir sus necesidades por capricho, como evitar que corran, que interactúen con otros animales o darles una dieta humana y no enfocada en sus necesidades reales.

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